domingo, 8 de agosto de 2010

Los primeros caviares, no me reconozco

Sucedió. Los primeros caviares

 
 

Antonio Zapata.

La sentida muerte del periodista Efraín Ruiz Caro anima a recordar a su generación y sus opciones políticas. Para ello, nos reunimos con Juan Gargurevich y revisamos personajes y sucesos de los años cincuenta. Durante la campaña electoral de 1956 se reunió un grupo que luego formó el socialprogresismo. En esa campaña apoyaron a FBT, aunque a continuación se distanciaron del arquitecto de modo muy rotundo. Integró ese grupo una notable generación de intelectuales progresistas. En sus filas se contaban los hermanos Salazar Bondy, Sebastián y Augusto; también se hallaban Santiago Agurto, Jorge Bravo Bressani, Adolfo Córdova, José Miguel Oviedo y Abelardo Oquendo. Entre las mujeres, destacó Rosalía Ávalos de Matos, quien fue candidata a diputada. Su opción ideológica era de izquierda, aunque diferenciada del estalinismo. Se llamaban "humanistas" y defendieron un socialismo democrático, de un tipo semejante al que Salvador Allende representó para Chile. Por ello, fueron el primer antecedente de los caviares, considerados enemigos tanto por los marxistas recalcitrantes como por la oligarquía. Atrapados entre dos fuegos, trataron de abrirse paso apelando a la creación intelectual.

Después de las elecciones de 1956 salieron fortalecidos porque ingresaron al parlamento algunos de sus líderes. En la Cámara de Diputados se hallaban el mismo Efraín Ruiz Caro y Germán Tito Gutiérrez, quien era el más político del grupo. El único senador era el famoso Alfonso Montesinos, abogado arequipeño y tío carnal del capitán retirado Vladimiro Montesinos Torres. Por otro lado, políticamente rompieron con FBT y se posicionaron a su izquierda. La revolución cubana los entusiasmó y ganaron a un gran periodista de aquellos días. Se trataba de Sofocleto, seudónimo de Luis Felipe Angell, que escribía célebres editoriales bajo el título de "Sofocleto en dos columnas". Era el César Hildebrandt de aquellos días, él solo se hacía un diario. Después evolucionó a la derecha y mucho, pero el Sofocleto de fines de los 1950 era un periodista con excelente humor y genial chispa criolla, amigo de Cuba y partidario de Fidel. Cierto es que los cubanos aún no habían abrazado el comunismo; eran los días iniciales de su revolución, cuando Castro aparecía como un demócrata radical y consecuente.

Sofocleto dirigió el semanario del socialprogresismo titulado "Libertad". Era una excelente revista donde escribían figuras de primera fila en todas las secciones; por ejemplo, Nicomedes Santa Cruz publicaba décimas libertarias en la contracarátula. Gargurevich cuenta que distribuía 25,000 ejemplares, que en esos días era una cifra extraordinaria. Revisando su colección, se encuentra una revista, tamaño tabloide, llena de letras. Era impresionante cómo se escribía en esa época, tan cercana y sin embargo tan distante. Verdaderas sábanas. Se nota que aún no había TV, o que se hallaba en sus pininos.

Para las elecciones de 1962 lanzaron como candidato al jurista Alberto Ruiz Eldredge, pero sólo obtuvo 9,000 votos. Fue considerado un fracaso; su semanario vendía tres veces más. En una decisión insólita acordaron disolverse. Dieron con ello una lección. En efecto, en el Perú ningún partido se ha disuelto. Vegetan, envejecen los activistas y luego se disgregan. Pero, he ahí que los socialprogresistas supieron cuándo había llegado su última hora y quisieron ser ellos mismos quienes pusieran punto final.

Hace pocos días, el presidente García ha declarado que los caviares están a la caza de puestos públicos, después de criticar la obra del APRA en materia de DDHH y medio ambiente. Quizá se refiera a alguien en sus propias filas, pues no se encuentra en ese punto la clave del caviar prototípico. La historia del socialprogresismo evidencia que fundamentaron la conexión de socialismo con democracia, entonces considerada burguesa y por lo tanto rechazada por la inmensa mayoría de la izquierda. Sin embargo, no quisieron deslizarse a la derecha, como el APRA de aquellos días. Era la época de su famosa convivencia con Prado. Por el contrario, el socialprogresismo apostó por la democracia como camino para la igualdad social. Justicia y libertad, ese fue el horizonte que abrieron.

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