domingo, 28 de febrero de 2010

Todavia hay intelectuales de verdad

El escribidor de un país autoengañado

Por: Carlos Fuentes Escritor
Domingo 28 de Febrero del 2010

Conocí a Tomás Eloy Martínez en el lejanísimo verano de 1962 y en un balcón suspendido sobre la avenida Quintana en Buenos Aires, en compañía de Augusto Roa Bastos, Ernesto Sábato y Francisco Petrone, admirando a nuestra anfitriona, la bellísima señora de Galli-Mainini. Temerosos de que el balcón no aguantara nuestro peso, porque como la República Argentina, el balcón crujía. Lo abandonamos en aras de la supervivencia pero también porque nuestra juventud estaba llena de proyectos de vida y trabajo que no merecían terminar destrozados en las aceras de la bella capital argentina.

Gracias a que el balcón no se cayó, pudimos disfrutar durante el siguiente medio siglo de una obra, la de Tomás Eloy Martínez, terrible y hermosa, puntual e imaginativa, recreación literaria de esa interrogante humana y política que llamamos "La Argentina".

De "La novela de Perón" a "Purgatorio", pasando por "Santa Evita", "El vuelo de la reina" y "Cantor de tango", Tomás Eloy nos indicó que si solo pudiéramos vernos dentro de la historia, sentiríamos terror. Para superarlo, el novelista que fue —que es— Tomás Eloy no niega la historia, sino que la resucita, la transforma, la reinventa para hacerla no solo visible, sino comprensible.

Tomás Eloy Martínez escribió la historia de un país latinoamericano autoengañado, que se imaginó europeo, racional, civilizado, y un día amaneció sin ilusiones, tan latinoamericano como México o Venezuela, tan brutalmente salvaje como sus dictadores militares, tan brutalmente corrupto como sus políticos, tan ciego como todos ante las poblaciones de la miseria que fueron bajando hasta las avenidas porteñas, donde hoy recogen basura a la medianoche para comer.

Por decir esto, en "La pasión según Trelew", Tomás Eloy fue perseguido y debió exiliarse. Su última novela, "Purgatorio", viene siendo un espléndido resumen del terror, la imaginación y la esperanza argentinas. En "Purgatorio", Tomás Eloy Martínez se propuso darle relevancia literaria a un tema que pesa sobre la política argentina: los desaparecidos, las prácticas brutales de la dictadura militar en los años 1976 a 1981. Prácticas llamadas, con eufemismo delirante, "Proceso de reorganización nacional". Apresar disidentes, torturarlos en presencia de sus mujeres e hijos, asesinar a toda persona sospechosa de leer, pensar o actuar de una manera desaprobada por la dictadura. Secuestrar niños, darles otro nombre y familia distinta.

Tan odiosa violación de la persona puede ser denunciada en un diario, en un discurso, en una manifestación, ¿cómo incorporarla a una ficción cuando la realidad rebasa cuanto la literatura puede imaginar?

"Purgatorio" relata la historia de una mujer, hija de un magnate argentino que apoya a la dictadura y participa de sus diversiones, al grado de invitar a Orson Welles a filmar el Campeonato Mundial de Fútbol. Emilia Dupuy, la hija del magnate, está casada con un cartógrafo, Simón Cardoso, obligado a recorrer el país, midiéndolo. La policía de la dictadura lo confunde con un terrorista y lo desaparece.

¿Dónde buscar a un "desaparecido"? Desesperada, Emilia sigue todos los itinerarios que su marido pudo tomar, Brasil, Venezuela, México y, al cabo, EE.UU., hasta el día en el que, establecido en una pequeña ciudad universitaria de New Jersey, Emilia reencuentra a su marido perdido.

Solo que él sigue siendo un hombre de 30 años y su reaparición va a destruir la costumbre de Emilia: vivir recordando la ausencia del único hombre que amó y que, ahora, regresa con "una sonrisa llegada de muy lejos".

No diré más. Solo añadiré que Orson Welles pone como condición para aparecer en la película que los militares hagan aparecer a los desaparecidos, ya que, en la novela, como en el cine, se pueden crear todas las realidades posibles, imaginar lo que aún no existe, y detener el tiempo.

Tomás Eloy Martínez bus

El escribidor de un país autoengañado

Por: Carlos Fuentes Escritor
Domingo 28 de Febrero del 2010

Conocí a Tomás Eloy Martínez en el lejanísimo verano de 1962 y en un balcón suspendido sobre la avenida Quintana en Buenos Aires, en compañía de Augusto Roa Bastos, Ernesto Sábato y Francisco Petrone, admirando a nuestra anfitriona, la bellísima señora de Galli-Mainini. Temerosos de que el balcón no aguantara nuestro peso, porque como la República Argentina, el balcón crujía. Lo abandonamos en aras de la supervivencia pero también porque nuestra juventud estaba llena de proyectos de vida y trabajo que no merecían terminar destrozados en las aceras de la bella capital argentina.

Gracias a que el balcón no se cayó, pudimos disfrutar durante el siguiente medio siglo de una obra, la de Tomás Eloy Martínez, terrible y hermosa, puntual e imaginativa, recreación literaria de esa interrogante humana y política que llamamos "La Argentina".

De "La novela de Perón" a "Purgatorio", pasando por "Santa Evita", "El vuelo de la reina" y "Cantor de tango", Tomás Eloy nos indicó que si solo pudiéramos vernos dentro de la historia, sentiríamos terror. Para superarlo, el novelista que fue —que es— Tomás Eloy no niega la historia, sino que la resucita, la transforma, la reinventa para hacerla no solo visible, sino comprensible.

Tomás Eloy Martínez escribió la historia de un país latinoamericano autoengañado, que se imaginó europeo, racional, civilizado, y un día amaneció sin ilusiones, tan latinoamericano como México o Venezuela, tan brutalmente salvaje como sus dictadores militares, tan brutalmente corrupto como sus políticos, tan ciego como todos ante las poblaciones de la miseria que fueron bajando hasta las avenidas porteñas, donde hoy recogen basura a la medianoche para comer.

Por decir esto, en "La pasión según Trelew", Tomás Eloy fue perseguido y debió exiliarse. Su última novela, "Purgatorio", viene siendo un espléndido resumen del terror, la imaginación y la esperanza argentinas. En "Purgatorio", Tomás Eloy Martínez se propuso darle relevancia literaria a un tema que pesa sobre la política argentina: los desaparecidos, las prácticas brutales de la dictadura militar en los años 1976 a 1981. Prácticas llamadas, con eufemismo delirante, "Proceso de reorganización nacional". Apresar disidentes, torturarlos en presencia de sus mujeres e hijos, asesinar a toda persona sospechosa de leer, pensar o actuar de una manera desaprobada por la dictadura. Secuestrar niños, darles otro nombre y familia distinta.

Tan odiosa violación de la persona puede ser denunciada en un diario, en un discurso, en una manifestación, ¿cómo incorporarla a una ficción cuando la realidad rebasa cuanto la literatura puede imaginar?

"Purgatorio" relata la historia de una mujer, hija de un magnate argentino que apoya a la dictadura y participa de sus diversiones, al grado de invitar a Orson Welles a filmar el Campeonato Mundial de Fútbol. Emilia Dupuy, la hija del magnate, está casada con un cartógrafo, Simón Cardoso, obligado a recorrer el país, midiéndolo. La policía de la dictadura lo confunde con un terrorista y lo desaparece.

¿Dónde buscar a un "desaparecido"? Desesperada, Emilia sigue todos los itinerarios que su marido pudo tomar, Brasil, Venezuela, México y, al cabo, EE.UU., hasta el día en el que, establecido en una pequeña ciudad universitaria de New Jersey, Emilia reencuentra a su marido perdido.

Solo que él sigue siendo un hombre de 30 años y su reaparición va a destruir la costumbre de Emilia: vivir recordando la ausencia del único hombre que amó y que, ahora, regresa con "una sonrisa llegada de muy lejos".

No diré más. Solo añadiré que Orson Welles pone como condición para aparecer en la película que los militares hagan aparecer a los desaparecidos, ya que, en la novela, como en el cine, se pueden crear todas las realidades posibles, imaginar lo que aún no existe, y detener el tiempo.

Tomás Eloy Martínez buscó —y encontró— en la novela la realidad de lo que la historia ha olvidado. Y puesto que la historia ha sido lo que ha sido, la literatura nos ofrece lo que la historia no siempre ha sido y a veces, lo que nunca ha dicho. En la obra de Tomás Eloy, el lenguaje, portador de duda frente a la ideología, la certeza religiosa, el conformismo moral o la mascarada política, no puede dejar de lado ni a la ideología, ni a la religión ni a la moral ni a la política. La diferencia estriba en que la novela no puede ser dominada por ninguna de las cuatro. Por el contrario, puede presentar ideología, religión, moral o política como problemas, abriéndole la puerta a la interrogación, elevando el techo de la imaginación, descendiendo al sótano de la memoria y, sobre todo, dejando la ventana abierta a la palabra de Pascal: vengo a proponerles una duda.

La riqueza de la cultura argentina contrasta con la pobreza de su vida política y económica, tal es el enigma de esa gran nación, planteada una y otra vez en la obra de Tomás Eloy: ¿Por qué, teniéndolo todo, la Argentina acaba teniendo nada? ¿Por qué la cultura vigorosa e ininterrumpida de la República del Plata no le da vigor y continuidad a su vida política?

Tomás Eloy Martínez nos advierte, desde su vida, desde su muerte, que cuando al cabo entendamos nuestra historia, podemos entender sus abismos y sus cumbres y, a partir de eso, conocer la verdad.

Tomás Eloy Martínez, como pocos, nos acercó a la verdad, huidiza, interminable, como la libertad misma.

có —y encontró— en la novela la realidad de lo que la historia ha olvidado. Y puesto que la historia ha sido lo que ha sido, la literatura nos ofrece lo que la historia no siempre ha sido y a veces, lo que nunca ha dicho. En la obra de Tomás Eloy, el lenguaje, portador de duda frente a la ideología, la certeza religiosa, el conformismo moral o la mascarada política, no puede dejar de lado ni a la ideología, ni a la religión ni a la moral ni a la política. La diferencia estriba en que la novela no puede ser dominada por ninguna de las cuatro. Por el contrario, puede presentar ideología, religión, moral o política como problemas, abriéndole la puerta a la interrogación, elevando el techo de la imaginación, descendiendo al sótano de la memoria y, sobre todo, dejando la ventana abierta a la palabra de Pascal: vengo a proponerles una duda.

La riqueza de la cultura argentina contrasta con la pobreza de su vida política y económica, tal es el enigma de esa gran nación, planteada una y otra vez en la obra de Tomás Eloy: ¿Por qué, teniéndolo todo, la Argentina acaba teniendo nada? ¿Por qué la cultura vigorosa e ininterrumpida de la República del Plata no le da vigor y continuidad a su vida política?

Tomás Eloy Martínez nos advierte, desde su vida, desde su muerte, que cuando al cabo entendamos nuestra historia, podemos entender sus abismos y sus cumbres y, a partir de eso, conocer la verdad.

Tomás Eloy Martínez, como pocos, nos acercó a la verdad, huidiza, interminable, como la libertad misma.

La ciudad insvisible


La ciudad invisible

27 de Febrero del 2010

LIMA | Había una ciudad de escaleras amarillas que miran a los cerros y skateparks enrejados que miran al océano. Una ciudad infame sin un medio de transporte masivo que la atraviese y movilice a sus grises habitantes que hacen honor al color del cielo bajo el que nacieron. Una ciudad viciada por el caos de obras sin concluir y presupuestos sin auditar. Aquella ciudad es regida por un gobernante caracterizado por su silencio indolente, pero con el poder de haber enajenado a sus gobernados, quienes lo apoyan incondicionalmente, y lo alzan como el futuro gobernante de todo el reino. En aquella ciudad el silencio gobierna la ceguera.

Debajo de aquella ciudad vive otra, una ciudad virtual, invisible. Una ciudad formada por disidentes que han logrado mantener el sentido de la vista, pero que carecen de las habilidades para comunicarse entre sí, salvo por señales electrónicas que, en su idioma propio, llaman twitter. Protegiendo su verdadera identidad bajo seudónimos distractores, los rebeldes de la ciudad invisible buscan enfrentar el orden del monarca silente a través de mensajes de menos de 140 caracteres. Estos son enviados en insospechadas horas del día desde los lugares más insólitos (sótanos, azoteas, campanarios, zoológicos) y circulan y rebotan por la ciudad real, buscando captar nuevos adeptos a la causa subversiva.

Pero la posibilidad de la caída del monarca silente es todavía una utopía.

La promesa de un orden alternativo, al que llaman "democracia participativa", es tan lejano como los límites del reino. Las batallas que se libran son muchas: "iniciativas ciudadanas", "campañas cívicas", "comunicados de ciudadanos" llenos de indignación. Pero las armas de los rebeldes son tan inútiles como un post de ayer, como un blog sin updates, un facebook sin amixers, como un twitter sin followers. No cuentan con la efectividad de la legitimidad ganada en elecciones, no emplean los caminos que alguna vez abrieron (rendición de cuentas, revocatorias), pero sobre todo, son una minoría desarticulada en el mundo real. Son un 0.5% Soy un forastero que un día emigró, pero que desde hace un tiempo he entrado en contacto con las redes sociales de los rebeldes. Sus nubes de mensajes repiten incansablemente las siguientes palabras: "Castañeda, Masías, Kouri, Castañeda, Masías, Kouri�"; pero las noticias de la ciudad silente son otras: habitantes orgullosos de su urbe y de su gobernante.

No sé a quién creerle: ¿A los rebeldes del mundo post-material que luchan por consignas como "espacio público" o a los felices y "enajenados" habitantes de un mundo material de escaleras solidarias y piletas saltarinas? ¿A quién le cree usted?

Carlos Melendez


Mas sobre Sycos


Stanley Tucci renegó y ganó

A pesar de su negativa inicial, aceptó darle vida a un asesino serial en Desde mi cielo y consiguió aspirar al Oscar al Mejor Actor de Reparto

LOS ÁNGELES.— Stanley Tucci fue renuente cuando supo que Peter Jackson quería que le diera vida a un asesino serial en Desde mi cielo. Ambos pasaron horas en videoconferencias tratando de encontrar un punto en el que ambos estuvieran de acuerdo. Finalmente el actor se dejó convencer por el cineasta y venció el temor que le daba interpretar a un sicópata.

Su decisión fue acertada, pues gracias a ese papel recibió una nominación al Oscar en la categoría de Mejor Actor de Reparto.

"¡Lo pensé muchísimo! Tengo tres hijos y por eso dudé aceptar el papel de Mr. Harvey. Nunca me han gustado los filmes sobre asesinos seriales y mucho menos cuando matan o lastiman niños o mujeres", reveló Tucci.

"No fue agradable pensar y actuar como uno de ellos, me tomó tiempo asimilarlo pero lo logré. ¡Sé que jamás dejaré ver esta película a mis hijos!", agregó el actor.

Horas después de que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood anunciara sus nominados, Tucci dijo al diario USA Today que se sentía halagado y al mismo tiempo sorprendido al haber sido elegido para competir por la presea con grandes actores, como Christoph Waltz (Bastardos sin gloria), Woody Harrelson (The Messenger), Matt Damon (Invictus) y Christopher Plummer (The Last Station).

Stanley aseguró que para encarnar al asesino serial observó múltiples documentales sobre el tema y algunos archivos del FBI para hacerse una idea más concreta de los rasgos que caracterizan a este tipo de personas.

"Con toda esa información traté de crear en mi mente un perfil emocional, pero confieso que no comprendo cómo una persona puede cometer esos crímenes. Soy padre y realmente me hizo mucho ruido interpretar a una persona que no se tienta el corazón para actuar con maldad. Eso es desagradable", dijo el ganador de dos Globos de Oro.

A Tucci le llamó la atención que muchos asesinos seriales manejan un bajo perfil y generalmente dan la impresión de ser personas rectas que no rompen las reglas.

"Parecen personas normales y son casi invisibles. Muchos de ellos van a misa, pertenecen a grupos parroquiales y llegan a tener ligeras obsesiones, como Mr. Harvey, que tenía una fijación por construir casitas para muñecas", detalló el actor.

Stanley Tucci, quien recientemente interpretó al esposo de Meryl Streep en Julie & Julia, modificó un poco su físico para jugar con la imagen de persona tranquila. Para ello se acercó a Jackson y le comentó la imagen que tenía de Mr. Harvey.

Tucci se presentó ante el director portando lentes de contacto azules, pelo rubio, ligeras entradas en la cabeza, bigote, gafas y unos dientes que modificaban la forma de su boca.

El actor recordó que para salirse de la dinámica tan compleja que ejecutó cuando estaba rodando al lado de Saoirse Ronan, recurrió a las bromas entre corte y corte de escenas con el fin de regresar a su realidad.

A fondo

Stanley Tucci

Nació el 11 de noviembre de 1960 en Nueva York.

Inició como actor de teatro.

Debutó en 1982 en Broadway con la puesta The Queen and the Rebels.

Uno de sus grandes proyectos cinematográficos fue El beso de la muerte, en la que compartió créditos con Nicolas Cage, David Caruso y Samuel L. Jackson.

En 2002 se le vio en Camino a la perdición, de Sam Mendes, en la que actuó con Tom Hanks y Jude Law.

Ha dirigido cuatro películas: Big Night (1996), The Impostors (1998), Joe Gould's Secret (2000) y Blind Date (2007).

Este próximo verano dirigirá The Hunter, con Pierce Brosnan y Juliane Moore.

Estuvo casado 14 años con Kate Tucci, quien murió recientemenre. Tuvieron tres hijos.

A pesar de su negativa inicial, aceptó darle vida a un asesino serial en Desde mi cielo y consiguió aspirar al Oscar al Mejor Actor de Reparto

LOS ÁNGELES.— Stanley Tucci fue renuente cuando supo que Peter Jackson quería que le diera vida a un asesino serial en Desde mi cielo. Ambos pasaron horas en videoconferencias tratando de encontrar un punto en el que ambos estuvieran de acuerdo. Finalmente el actor se dejó convencer por el cineasta y venció el temor que le daba interpretar a un sicópata.

Su decisión fue acertada, pues gracias a ese papel recibió una nominación al Oscar en la categoría de Mejor Actor de Reparto.

"¡Lo pensé muchísimo! Tengo tres hijos y por eso dudé aceptar el papel de Mr. Harvey. Nunca me han gustado los filmes sobre asesinos seriales y mucho menos cuando matan o lastiman niños o mujeres", reveló Tucci.

"No fue agradable pensar y actuar como uno de ellos, me tomó tiempo asimilarlo pero lo logré. ¡Sé que jamás dejaré ver esta película a mis hijos!", agregó el actor.

Horas después de que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood anunciara sus nominados, Tucci dijo al diario USA Today que se sentía halagado y al mismo tiempo sorprendido al haber sido elegido para competir por la presea con grandes actores, como Christoph Waltz (Bastardos sin gloria), Woody Harrelson (The Messenger), Matt Damon (Invictus) y Christopher Plummer (The Last Station).

Stanley aseguró que para encarnar al asesino serial observó múltiples documentales sobre el tema y algunos archivos del FBI para hacerse una idea más concreta de los rasgos que caracterizan a este tipo de personas.

"Con toda esa información traté de crear en mi mente un perfil emocional, pero confieso que no comprendo cómo una persona puede cometer esos crímenes. Soy padre y realmente me hizo mucho ruido interpretar a una persona que no se tienta el corazón para actuar con maldad. Eso es desagradable", dijo el ganador de dos Globos de Oro.

A Tucci le llamó la atención que muchos asesinos seriales manejan un bajo perfil y generalmente dan la impresión de ser personas rectas que no rompen las reglas.

"Parecen personas


Individualismo y descartes. No ha muerto


Y quién mató a Descartes?
Por: Ricardo Vasquez Kunze *
Domingo 28 de Febrero del 2010

La historia oficial cuenta que el filósofo René Descartes murió de neumonía. Un libro de reciente publicación en Alemania concluye algo muy distinto. "Der ratselhafte Tod des René Descartes" (La misteriosa muerte de René Descartes) del académico alemán Theodor Ebert —quien investigó la correspondencia entre la reina Cristina de Suecia y el embajador francés en la corte real sueca— concluye que el filósofo murió envenenado.   Pero la teoría de que el padre de la filosofía moderna haya muerto asesinado no es nueva y la hipótesis que lanza Ebert sobre el asesino y el porqué del crimen del filósofo es, en realidad, bastante cuestionable.  

Arsénico y encaje antiguo
Según Ebert, Descartes fue envenenado con arsénico. Esta hipótesis no es nueva. Ya en 1980, otro alemán, el médico e historiador Eike Pies afirmó lo mismo en "El homicidio de Descartes: documentos, indicios, pruebas". En la base de ambas afirmaciones hay documentación sobre los síntomas de Descartes al momento de su muerte. Náuseas, vómitos, dolor de estómago y sangre en la orina, que no son precisamente síntomas de neumonía, sino de muerte por arsénico.

La novedad de Ebert está en el quién, el cómo y el porqué. Para Ebert, el asesino de Descartes fue un cura francés, Francois Viogué, misionero apostólico para los países de la Europa del norte, adscrito a la embajada del mentor del filósofo, Pierre Chanut (1601-1662). Chanut era consejero de Estado, embajador de Luis XIV en la corte de la reina Cristina de Suecia y fanático católico.

Viogué, según Ebert, habría envenenado al filósofo con una hostia. El porqué es de lo más curioso. El supuesto asesino no habría estado de acuerdo con las opiniones de Descartes sobre el dogma de la transustanciación, fe por la cual los católicos creen que la hostia es efectivamente el cuerpo mismo de Cristo.

El tabaco mata
Tales novedades son bastante discutibles. En cuanto a los síntomas, efectivamente Descartes los tuvo todos pero se debieron, según parece, a que el pequeño hombre de metro y medio de estatura, con estudios de medicina en la universidad de Poitiers, se automedicó y purgó. Sintiéndose enfermo de "enfriamiento", decidió eliminar los "malos fluidos" con una pócima de vino caliente con tabaco y hierbas raras. El resultado fue fatal: una intoxicación generalizada. Para peor, ya debilitado a causa de la neumonía, se hizo sangrar, lo que agravó su situación, matándolo. 

¡Hostias!
En cuanto a la hostia, es imposible que una sola haya podido contener tal cantidad de arsénico para llevarse al filósofo al otro mundo.

Cualquiera, y más todavía un antiguo estudiante de medicina, lo hubiera notado de inmediato. Y un sistemático plan de hostias envenenadas no hubiera podido pasar desapercibido en la capilla personal del embajador y amigo de Descartes, Pierre Chanut.   

Finalmente, el móvil del supuesto  crimen no deja de tener cierta ironía. Si el cura Viogué se rasgaba las vestiduras por la santidad de la hostia como el cuerpo real de Cristo, no tuvo ningún pudor en envenenar a Cristo para matar a Descartes. Dicho sea de paso, el filósofo nunca estuvo en contra de la doctrina de la transustanciación. Creía en ella pero, como padre del racionalismo moderno, elaboró una teoría para justificarla lógicamente. Así, como no hay ninguna relación entre lo que ves y lo que es, entonces el pan puede ser cualquier cosa. Ergo, bien puede ser el cuerpo de Cristo. Quien mató en realidad a René Descartes ha sido el tiempo. Trescientos sesenta años después, su filosofía agoniza en el achicharramiento de una naturaleza explotada a muerte por el Yo. 

Un revolucionario
René Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye, Tourraine, hoy rebautizada en su honor como Descartes. Murió en Estocolmo el 11 de febrero de 1650.

Medía apenas un metro cincuenta de estatura.

Revolucionó el destino de la filosofía y puso los cimientos del individualismo que ha marcado a la civilización occidental y, con ella, al mundo.

Tuvo una posición acomodada gracias a su padre Joachim, un influyente jurista miembro del Parlamento bretón (corte de justicia de la época).

Vivió sin privaciones económicas aunque con carencias afectivas. Su padre, ocupado en sus negocios, desatendió a sus dos hijos huérfanos de madre, encargando sus cuidados a la abuela.

Se graduó en leyes y estudió medicina en la Universidad de Poitiers.

Sostuvo que el mundo es, en realidad, el yo.

Puso el centro del pensamiento en la subjetividad, rompiendo con la metafísica escolástica y con ello iniciando la filosofía moderna.

[*] Periodista y abogado

Jean Calas

Jean Calas

Jean Calas (19 de marzo de 1698 - 10 de marzo de 1762) fue un modesto comerciante que residía en Toulouse (Francia) y que es conocido por haber sido víctima de un juicio parcial debido a su condición de protestante. En Francia se le considera símbolo de la intolerancia religiosa, junto con François Jean Lefebvre (Caballero de la Barre) y Pierre-Paul Sirven.

Tanto Calas como su esposa eran protestantes. Francia era un país mayoritariamente católico y el catolicismo era la religión estatal. En su época, la dura represión del protestantismo iniciada por el rey Luis XIV con la revocación del edicto de Nantes había comenzado a ceder, pero los protestantes, como mucho, sólo eran tolerados.

Louis, uno de los hijos de Calas, se convirtió al catolicismo en 1756. Entre el 13 y 14 de octubre de 1761, el primogénito de Calas, Marc-Antoine, fue hallado muerto en la planta baja de la residencia familiar.

Al interrogar a la familia, al principio declararon que había sido asesinado por un ladrón. Más tarde asegurarían que hallaron a Marc-Antoine ahorcado; dado que la Iglesia consideraba el suicidio como el más aborrecible crimen contra uno mismo, y el cadáver del suicida era ultrajado, dispusieron las cosas para que la muerte de su hijo pareciese un estrangulamiento a consecuencia de un robo.

Según los rumores, Jean Calas habría asesinado a su hijo al enterarse de que, también él, pretendía convertirse al catolicismo. Sin indagar realmente si esta había sido la intención de Marc-Antoine, se le declaró mártir y se le sepultó de acuerdo con el rito católico, y se acusó al padre de asesinato.

El 9 de marzo de 1762, el parlamento de Toulouse sentenció a Jean Calas a morir en la rueda. El 10 de marzo se ejecutó la sentencia y murió clamando su inocencia. Tras la rueda, se le estranguló y el cadáver fue quemado en la hoguera.

La misma sentencia condenó al destierro a Pierre, otro de los hijos de Jean Calas, encerró en un convento a sus dos hermanas y confiscó los bienes de la familia.

Intervención de Voltaire [editar]

Voltaire conoció el caso mientras se encontraba en Ginebra (Suiza). Pierre Calas, que había sido desterrado, estaba seguro de la inocencia del padre y logró convencer al filósofo, que en un principio sospechaba que Calas hubiese actuado por fanatismo anticatólico.[1]

Para lograr la revisión del proceso, Voltaire publicó, en 1763, el Tratado sobre la tolerancia con motivo de la muerte de Jean Calas (Traité sur la tolérance à l'occasion de la mort de Jean Calas[2] ). Finalmente el 9 de marzo de 1765 se reconoció la inocencia de Jean Calas, cuya memoria y la de su familia fue rehabilitada.

Voltaire fue el primer escritor francés que se implicó públicamente en un asunto judicial.

Notas [editar]

  1. Van de Heuvel, J., Voltaire. L'affaire Calas et autres affaires, París, Gallimard, 1975, pág. 9. OCLC 251805412
  2. Voltaire, Traité sur la tolérance à l'occasion de la mort de Jean Calas Texto original en el sitio web de la Universidad de Ginebra (en francés)


Bibliografía [editar]

  • Athanase Coquerel, Jean Calas et sa famille; étude historique d'après les documents originaux, Slatkine Reprints, Genève, 1970 (Reimpresión de la edición original, París, 1875) OCLC 648685

Intelectuales venidos a menos

El fracaso del intelectual "comprometido"

20 de Febrero del 2010
 LIMA | Las ciencias sociales peruanas se han devaluado más que el Inti-Millón del primer gobierno de Alan. Si hay algo así como un "mainstream" del académico local, éste se reduce a un manojo de ideas fuerza: la culpa de todo la tienen los españoles, los chilenos, los apristas, el imperialismo neoliberal y sus "felipillos". El empresario es "hambreador", el Estado es "asesino". Y en el súmmum ultra de su búsqueda de aplausos baratos lanzan la explicación- primicia-chocherita: la pobreza como la varita mágica que explica Sendero, la caída de los partidos, el transfuguismo, Abencia, Tongo, Bayly.

Su lectura del país, altamente ideologizada y antojadiza, no pugna por evidencias más allá de los estados de ánimo de sus depresivos colegas, quienes "sufren" el país desde la comodidad de alguien que explica Bagua tomando un capuchino late en el Óvalo Gutiérrez o desde un (auto)destructivo blog "newyorkino" que le arruga a las leyes peruanas. Este "intelectual" ideologizado ha hecho que las interpretaciones del Perú se estanquen en los ochenta. No se ha actualizado el debate en 30 años y seguimos atrapados en la dicotomía "desborde popular"/"otro sendero". Para pasar piola apelan a la "relevancia" de epifenómenos-revista- Somos como los cómicos ambulantes de la Plaza San Martín o la cumbia del Cono Norte. Así, los estudios sobre la subalternidad terminan siendo un by-product inofensivo del pensamiento guía del intelectual "comprometido", que nos tira el mismo cuento siempre: la Colonia, los chilenos, los apristas, el neoliberalismo, Abencia, Tongo, Bayly� (Sí cuñao).

Esta academia "comprometida" es la responsable que no comprendamos nuestro país a pesar de tanto seminario y fondo editorial. Precisamente los que acusan de "responsabilidad política" a diestra y siniestra, no asumen la suya. Esa intelectualidad de (dizque) puño alzado en 50 años no nos ha dicho nada más que la Colonia, el APRA, el neoliberalismo, Tongo, blablablá; mientras tanto siguen habiendo Baguas, outsiders, tránsfugas. Esa intelectualidad ha fracasado y debe ser superada por otra más fiel al trabajo empírico, al dato concreto, duela a quien duela. La objetividad, así entendida, sea quizás tan utópica como la revolución, pero le ha llegado su turno.

Lamentablemente, si alguien está dispuesto a retar, a poner en duda o discutir la opinología de la academia-Avenida-Wilson-todo-Arequipa-pie-derecho, es rápidamente abucheado y maleteado por el callejón oscuro de la ignorancia atrevida: "eres de derecha, un agente de la CIA, un positivista, un cínico de falsa humildad, un defensor del sistema realmente existente, intelectualmente deshonesto, tu trabajo es una malagua". Esto le ha sucedido a Martín Tanaka, recientemente, a quien sólo se le podría acusar de propugnar la "honestidad brutal" de quien busca la imparcialidad. Como me dijo Ramón Ponce, Tanaka debe sentirse como John Wayne en un escenario de Risas y Salsa
Carlos Melendez

menos neuonas o menos circuitos


Sobre seudoneuronas

22 de Febrero del 2010

 LIMA | Además de analistas sesudos en política y economía (Valdivia, Barba, Trahtemberg, PPK, Chlimper, Blume, Prialé, Saldaña, Barnechea, etc.) y veteranas plumas de mucho lustre (Rey de Castro con su señera "Torre de Papel", el senador Rolando Breña), en Correo también nos preocupamos de buscar columnistas iconoclastas, gente que remueva con sus opiniones muy distintas de lo "políticamente correcto", como "La Ortiga", Santiváñez, Favre o Garrido Koechlin).

Recientemente incorporamos a Carlos Meléndez, que nos enriquece con una óptica crítica muy original. Su última columna del sábado (El fracaso del intelectual "comprometido") ha sido tan punzante y lúcida que creo que vale la pena que hoy nuevamente adorne nuestras páginas desde este rincón. Pocas veces he visto desnudar tan bien la tremenda pobreza intelectual y la mezquindad de nuestra supuesta "clase intelectual", cuya mayoría no pasan de ser papagayos rojos y caviares, que sirvieron (¡y después "rajan" de ellos!) a Velasco, a Fujimori (Macera en el Congreso, Nelson Manrique en El Peruano) a Toledo (Sinesio López en la Biblioteca Nacional) y ahora a Humala (Beto Adrianzén). La transcribo: "Las ciencias sociales peruanas se han devaluado más que el Inti-Millón del primer gobierno de Alan. Si hay algo así como un mainstream del académico local, éste se reduce a un manojo de ideas fuerza: la culpa de todo la tienen los españoles, los chilenos, los apristas, el imperialismo neoliberal y sus "felipillos". El empresario es "hambreador", el Estado es "asesino". Y en el súmmum ultra de su búsqueda de aplausos baratos lanzan la explicación `primicia chocherita`: la pobreza como la varita mágica que explica Sendero, la caída de los partidos, el transfuguismo, Abencia, Tongo, Bayly.

Su lectura del país, altamente ideologizada y antojadiza, no pugna por evidencias más allá de los estados de ánimo de sus depresivos colegas, quienes 'sufren' el país desde la comodidad de alguien que explica Bagua tomando un capuchino latte en el Óvalo Gutiérrez o desde un (auto)destructivo blog 'newyorkino que le arruga a las leyes peruanas. Este 'intelectual ideologizado ha hecho que las interpretaciones del Perú se estanquen en los ochenta. No se ha actualizado el debate en 30 años y seguimos atrapados en la dicotomía 'Desborde Popular'/'El Otro Sendero'.

Para pasar piola apelan a la 'relevancia de epifenómenos-revista- `Somos` como los cómicos ambulantes de la Plaza San Martín o la cumbia del Cono Norte. Así, los estudios sobre la subalternidad terminan siendo un by-product inofensivo del pensamiento guía del intelectual 'comprometido', que nos tira el mismo cuento siempre: la Colonia, los chilenos, los apristas, el neoliberalismo, Abencia, Tongo, Bayly� (Sí cuñao).

Esta academia comprometida es la responsable que no comprendamos nuestro país a pesar de tanto seminario y fondo editorial. Precisamente los que acusan de responsabilidad política a diestra y siniestra, no asumen la suya. Esa intelectualidad de (dizque) puño alzado en 50 años no nos ha dicho nada más que la Colonia, el APRA, el neoliberalismo, Tongo, blablablá; mientras siguen habiendo Baguas, outsiders, tránsfugas. Esa intelectualidad ha fracasado y debe ser superada por otra más fiel al trabajo empírico, al dato concreto, duela a quien duela. La objetividad, así entendida, sea quizás tan utópica como la revolución, pero le ha llegado su turno.

Lamentablemente, si alguien está dispuesto a retar, a poner en duda, o discutir la opinología de la `academia-Avenida-Wilson-todo-Arequipa-pie-derecho` es rápidamente abucheado y maleteado por el callejón oscuro de la ignorancia atrevida: `eres de derecha, un agente de la CIA, un positivista, un cínico de falsa humildad, un defensor del sistema realmente existente, intelectualmente deshonesto, tu trabajo es una malagua`. Esto le ha sucedido recientemente a Martín Tanaka, a quien sólo se le podría acusar de propugnar la honestidad brutal de quien busca la imparcialidad. Como me dijo Ramón Ponce, Tanaka debe sentirse como John Wayne en un escenario de Risas y salsas

 Aldo Mariategui

Haya


Nostalgias sobre Haya

23 de Febrero del 2010

 

      
 

LIMA | -A qué punto ha llegado el hampa en nuestro país de ser demencialmente temeraria que una banda tiene el desparpajo de planear asaltar cuatro bancos y un courier de dinero en el Jockey Plaza un domingo al mediodía. ¿Qué sigue con tanta conchudez? ¿Asaltar el BCR? ¿Entrar a Palacio y "cuadrar" a Alan? ¿Secuestrar y pedir rescate por el ministro del Interior? ¿Robar al Congreso (¡eso sí les puede salir al revés)? -El Perú, país de olvidos históricos, vio pasar ayer el natalicio de Haya sin mayor pestañeo, salvo el papayazo que le cayó a Mulder durante una pequeña manifestación. "Sic gloria transit mundi" (así pasa la gloria del mundo), decían los romanos. Toda esta indiferencia hacia el aniversario del actor político peruano más importante del siglo XX (escoltado por Leguía, FBT y Fujimori. Ojo que no examino méritos y deméritos, sino relevancia y que elimino golpistas militares como Benavides, Odría y Velasco) me recuerda ese comienzo de la vieja novela de Harold Robbins Los aventureros (lo único bueno que escribió este productor ligero de "best sellers" pues luego degeneró en la pornografía), cuando ni tres personas acuden a un cementerio para recordar tras pocos años de su muerte a un joven caudillo que había tenido a un país en sus manos.

Pocos hombres fueron adulados, amados, odiados y temidos en nuestro país como Haya. ¿Y qué queda? Una estatua por el Estadio Nacional, una ideología desfasada, un partido siempre caudillista (Alan es virtualmente el "Jefe Máximo"), pero sin los segundos de antes (Seoane, LAS, Prialé, Villanueva, Townsend) y el bastión simbólico de Trujillo perdido electoralmente. Nadie de adentro se pone a leer a Rawls y otros pensadores para renovar la ideología dentro de la socialdemocracia, nadie busca captar cuadros tecnocráticos propios, nadie remoza los cuadros partidarios provincianos, nadie fomenta el actuar político en las universidades, nadie organiza medios propios (han dejado extinguirse La Tribuna y varias radios que antes tenían).

Un hombre de acción como Haya se sentiría muy deprimido de contemplar su legado en estos momentos, aunque me imagino que se consolaría con la visión de lo que ha quedado de la izquierda (por lo menos el moscovita PCP-Unidad era un relojito de organizado y activo) y de su viejo rival Acción Popular (cuya decadencia es tal que Lescano está negociando acuerdos con los neovelasquistas de Humala. ¡FBT le escupiría en la cara de estar vivo!). Me imagino que Haya hubiera querido acabar tan recordado y actual como Perón, que el aprismo de hoy sea como ese gran paraguas competitivo, donde los peronistas de centro, derecha e izquierda pujan entre ellos para controlar el Justicialismo y luego acceder al poder, donde hay tal renovación competitiva que te sale fácil un Menem, un Kirchner y después probablemente un Reutemann de gobernante. Creo que eso le hubiera gustado más a Haya que algo tipo el PRI mexicano. O tal vez como su amigo Pepe Figueres, cuya agrupación Liberación Nacional es el principal referente político de Costa Rica y una máquina de ganar elecciones.

¿Se acabaron los partidos? ¿Se acabaron las ideologías? ¿Las elecciones consistirán en caudillos episódicos y pragmáticos? ¿Ya no hay sitio para los Haya en el mundo de hoy? ¿Se acabó la pasión por la política? ¿Todo eso es necesariamente malo? ¿No es en parte, sólo en parte, mejor que hayan acabado los sectarismos y las anteojeras de las ideologías, que hasta llegaron a justificar matanzas?

Aldo Mariategui

Defensores de los pacientes



Alex Paredes Poblete

REFLEXIONES

  

Defensoría del paciente

28 de Febrero del 2010

 

 

CUSCO | "La esperanza ve lo invisible, siente lo intangible y logra lo imposible�"

El Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil (SOAT médico), hasta ahora planteado por el Gobierno para proteger a los pacientes de los casos de mala praxis que han escandalizado recientemente al país, será analizado por el Congreso de la República en la Comisión Permanente del Congreso, si se aprueba se dejaría de lado la Ley 29414 .

Por ello, la pregunta directa es: ¿quién defiende a los pacientes? Debe existir obligatoriamente y proponer una ley que oficialice la DEFENSORÍA DEL PACIENTE, que ya existe en ESSALUD pero desde el primer día de su creación no fue ejecutivo, no fue lo más activo dentro de la institución para controlar y verificar la actividad médica en los 350 centros asistenciales que existen en todo el país, pero el sistema es bueno, es el más adecuado, por lo que sólo se tendría que ampliar y replicar para que tenga las mismas acciones, la misma misión y visión, los mismos derechos y obligaciones en todos los centros asistenciales del Ministerio de Salud, antes de que el Estado, desconociendo su rol, pretenda obligar al Congreso a aprobar una Ley que respalda el Soat médico, tirada de los cabellos.

Ya en ESSALUD, en todas las regiones, funciona una oficina descentralizada de la DEFENSORÍA DEL ASEGURADO, pero su función ha sido desapercibida y han tenido que ser los medios de comunicación a través del escándalo, quienes han hecho conocer estos actos de mala praxis en EsSalud para recién aplicar todo el peso de la ley a los responsables, pero debía incluirse también la responsabilidad del centro hospitalario, donde se debe evaluar las condiciones de infraestructura, equipamiento y servicios hospitalarios ,así como los procedimientos para llevar a cabo las intervenciones quirúrgicas.

Todo este sistema de la Defensoría del Asegurado debería obligatoriamente replicarse en todos los hospitales del Estado, así como clínicas y establecimientos de salud privados, para que el paciente tenga la seguridad que debe ser bien atendido en sus males que afectan la salud� el SOAT médico no va a solucionar ningún negligente procedimiento médico, sólo va a liberar a la entidad prestadora de salud de responsabilidad y el único culpable es el médico.

Por ello, debemos recordar que se está poniendo en el tapete otra vez la ley 20414, aprobada en el Congreso y nunca reglamentada; establecía que " el derecho de las personas usuarias de los servicios de salud y planteaba una forma de reparación inmediata a los pacientes afectados por estos casos de mala praxis", el problema es que esta ley, como siempre por dejadez del propio Congreso del Estado y de los propios médicos, nunca se reglamentó, por lo que no había forma de aplicarla.

Por ello, es bueno sacar a la luz la Ley Nº 29414, que establecía el derecho de recibir tratamiento inmediato y reparación por los daños causados en el establecimiento de salud o servicios de apoyo, es decir, se trataba de una reparación inmediata, sin necesidad de seguir un proceso judicial que determine la responsabilidad individual de los médicos, es una ley que exige la atención inmediata de los reclamos del paciente.

A diferencia del famoso SOAT médico, no existe obligación de una reparación médica inmediata y tampoco la obligación del establecimiento hospitalario de atender al paciente afectado, ni le exige mejorar la calidad del servicio que ofrecen, sólo se centra en la acción penal, que no necesariamente culminaría en una sanción de carácter laboral para el personal involucrado en la mala praxis.

Con este proyecto del SOAT médico, que solo beneficia a las aseguradoras, no se busca la equidad en la salud, sólo atiende la indemnización, ya que no se trata de reparar el daño causado ni evitar que se repita, sino directamente la sanción a los causantes y la indemnización económica a los afectados.

Carta de un abogado


QUIZAS AHORA LO ANALICEMOS MEJOR

Carta de un abogado a los médicos

Diario El Cronista, hace aproximadamente dos años, por el Dr. Marcos R.Llambias (apellido muy conocido entre los abogados argentinos)

Ha tomado estado público la pesadilla que causa desvelos, cuando no infartos, a muchos miembros de la comunidad médica. Los juicios por mala praxis se han convertido en un provechoso recurso de subsistencia para muchos abogados ávidos de litigio, conocedores de las falencias del sistema.

Los títeres del arte de curar, marionetas de obras sociales, hospitales y sistemas prepagos de atención, hospitales y sistemas prepagos de atención médica trabajan donde y como pueden. Su responsabilidad social hace funcionar las instituciones y su irresponsabilidad personal los lleva a exponerse inútilmente.

El día en que ellos, verdaderos médicos por vocación, dejen de pensar tanto en el paciente, en su capacitación profesional a cualquier costo, en las instituciones para las que trabajan, y tomen conciencia de lo mucho que arriesgan en cada acto médico, ese día la atención del país se paralizará.

Porque sólo un demente alguien que ha perdido la facultad de discernir entre la bondad y la estupidez, puede aceptar la responsabilidad de barajar una vida humana cuando un sistema perverso y carente en todo sentido no le brinda la seguridad y tranquilidad necesarias para trabajar como corresponde.

Porque el médico que asume la responsabilidad en un acto quirúrgico, que se somete al estrés de desplegar su arte sobre un paciente ANESTESIADO, que asume la lucha  contra la enfermedad ajena, que desafía a la muerte sabiendo que no siempre triunfará y que acepta hacerlo por la vergonzosa remuneración que el sistema le asigna, ese médico no es bueno, es estúpido, es alguien que consume toda su inteligencia en el cadalso de su ofrenda personal hacia un prójimo que no le reconoce el
esfuerzo.. ..gotada su paciencia, ya no puede ver que un error, aunque involuntario, le puede costar su patrimonio, su bienestar, su salud.

Este suicida altruista figura en todas las cartillas de los sistemas prepagos de atención médica. Trabaja en los hospitales nacionales, provinciales o municipales, superado por un aluvión de pacientes que envejece haciendo colas y recibe atención francamente deficitaria..... Deambula por clínicas y sanatorios(hospitales) juntando monedas para poder subsistir.

Este médico, suicida por vocación, inteligente para el prójimo y descerebrado para sí mismo, bueno y estúpido a la vez, responsable ante la sociedad e irresponsable ante su familia, es la carne del cañón, el centro del blanco de la industria de la "mala praxis". Todo abogado sabe que este sistema perverso, tan carente de recursos, tan manoseado por inescrupulosos enriquecidos a costa de la salud, el médico es el "hilo fino" más fácil de cortar, el candidato ideal para exprimir, el ingenuo más liviano de sacudir para rescatar las monedas que llevan en los bolsillos.

Lo que pocos se han puesto a pensar, es que , en definitiva este ensañamiento médico, que no discrimina entre idóneos e incapaces, entre buenos y malos, decentes y envilecidos comerciantes, es fundamentalmente perjudicial para el paciente. La comunidad toda empieza a sufrir las consecuencias cuando el médico capacitado, con experiencia, con reconocido prestigio entre sus colegas, empieza a "esquivar" la patología difícil, esa donde arriesga mucho y gana poco. El médico que cuida sus espaldas, discrimina por necesidad. La comunidad toda sufre esta realidad, al verse privada de la idoneidad y la experiencia de sus mejores médicos. Porque los mejores, también los más inteligentes, rápidamente ven la necesidad de dar un paso al costado par no exponerse. Si bien es cierto que algunos médicos argentinos no están acostumbrados a responsabilizarse por sus acciones, también es cierto que la inmensa mayoría, no tendría que trabajar en las actuales circunstancias. Arriesgan mucho sin ganar nada. Porque si un cirujano tiene que afrontar un juicio por mala praxis, la demanda supera en miles de veces la remuneración de su trabajo. Una intervención $ 120 puede convertirse en un juicio de $120.000. Así las cosas, los sistemas prepagos
de atención médica, circular mediante, solicitan a sus médicos fotocopia de la póliza de seguro suscrita. Ellos, al mejor estilo de Poncio Pilatos, pretenden que el médico, con centavos que le asignan por su trabajo, contrate un seguro de "mala praxis". De esta manera, los líderes de la medicina prepaga se cubren de los errores del servicio que dicen brindar. Logran su cometido sin sacrificar un solo centavo de sus arcas.

Con los aranceles vigentes, ningún médico puede asegurarse contra "mala praxis". Con temor a la "mala praxis", ninguno puede trabajar como debería.

El auge de este tipo de juicios no es culpa de los abogados. Ellos,que son muchos y deben subsistir, han visto las falencias del sistema que colocan al médico en la primera línea de fuego. Como frágil fusible de una máquina sanitaria en constante corto circuito, el médico salta y se quema. Gane o pierda, con o sin justicia, con razón o sin ella,el médico debe pagar. La sociedad parece ensañada con los encargados de velar por la salud.
Todos y cada uno debemos ser responsables de nuestros actos. Los errores deben ser asumidos y la impunidad desterrada.
Estos grandes objetivos no pueden tener vigencia unilateral. La vida del paciente vale tanto como la del médico.
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No a la polucion- proliferacion de facultades de medicina ( lo de minusculas es a proposito)....que "lanzan" promociomes medicas como oleadas de cardumen....solo guiados por intereses politico partidario-comerciales no a la tugurizacion de la Profesion Medica

lunes, 22 de febrero de 2010

Golpes son golpes

POR LA NULIDAD DE LOS ACTOS DICTATORIALES

Condenado por un golpe

Por: Francisco Miró Quesada Rada*
Lunes 22 de Febrero del 2010

Como dice el famoso refrán "La justicia llega tarde, pero llega".

Hay una serie de casos históricos que confirman estas palabras, como el juicio al ciudadano Jean Calas en Francia, a quien gracias a una campaña espectacular de Voltaire se le hizo justicia después de muerto.

Ahora nos llega la noticia desde el Uruguay, país que actualmente goza de una sólida democracia, de las mejores del continente, pero que anteriormente sucumbió por el golpe desde Palacio de José María Bordaberry en 1973, apoyado por los militares que luego lo destituyeron en 1976 y se estableció una dictadura militar hasta 1985.

Estos militares con intención de permanecer en el poder convocaron a un referéndum para aprobar una nueva Constitución o ratificar la de 1966, que era presidencialista. El pueblo votó en contra de la reforma constitucional propuesta por los militares y luego ellos abandonaron el Gobierno.

Antes del golpe desde Palacio de Bordaberry, Uruguay tenía una robusta democracia con un sistema de gobierno similar al suizo, por eso se decía que era la Suiza de América. Bordaberry, quien había sido elegido presidente aprovechando un estado de violencia en el que operaba el grupo terrorista de los Tupamaru, decidió romper el orden constitucional.

La modalidad en que un presidente elegido da un golpe estando en Palacio, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, se denominó en América Latina "bordaberrismo", aunque ella fue creada por Napoleón III y por eso antes se le conoció como "bonapartismo".

El "bonapartismo" nació de un acto inconstitucional que en Francia se llama "Coup de Palais" ("golpe desde Palacio"), para diferenciarlo de los golpes de Estado de los militares.

En el golpe desde Palacio el presidente "golpea" a los otros poderes del Estado, sobre todo al Congreso. Eso fue lo que hizo Fujimori en 1992 que, a partir de esa fecha, América Latina reconoció como "fujimorismo".

Por este hecho, Bordaberry ha sido condenado recientemente a 30 años de prisión, gracias a un fallo de primera instancia. Fujimori también ha sido condenado no solo porque dio un golpe desde Palacio, sino por otros delitos. Pero la importancia de ambas condenas guarda íntima relación con un hecho inicial: la violación del orden constitucional.

Los golpes de Estado, muchas veces aprobados por gran parte de los pueblos latinoamericanos, son un delito porque violan la ley: no una norma específica, sino la ley de leyes. Esta ilegalidad, desde el acto mismo que se produce, atenta contra la libertad y el legítimo derecho del pueblo a elegir su gobierno; autogobernarse y cambiar de gobierno en períodos señalados por la Constitución.

Este delito debe ser condenado y el pueblo, como dicen muchas constituciones, tiene derecho a insurgir contra un dictador que es usurpador. Le usurpa el poder al gobernante legítimamente constituido, igualmente a los parlamentarios y al pueblo que es el depositario del poder. Este lo otorga a las autoridades con plazo determinado, a diferencia de las dictaduras.

En una democracia sabemos cuándo entra y cuándo sale una autoridad. En una dictadura sabemos cuándo entra, pero no cuándo sale. Por lo general, los dictadores son arrojados del poder por rebeliones populares, pero hay algunos que se quedan hasta morir y se dan el lujo de nombrar, por supuesto a dedo, a quien lo sucederá, que por lo general es el hijo o el hermano del dictador.

Pero al margen de que está muy bien que se condene al dictador por violar la Constitución, debería introducirse en las constituciones latinoamericanas un artículo que declare nula toda norma expedida por un gobierno de facto.

De esta manera, la condena política estará respaldada por la ley, tendría validez jurídica. Serviría como advertencia para quienes se animen, abusando del poder, a permanecer en el Gobierno y ponerse por encima del orden constitucional y del derecho que goza, en una democracia, la voluntad ciudadana.

(*) Director



Carencil para la memoria

RINCÓN DEL AUTOR

Verdad y memoria

Por: Richard Webb
Lunes 22 de Febrero del 2010

Conversando con Pablo Macera, Jorge Basadre confesó que su historia benévola de la República peruana incurre en "una exageración controlada". Según Basadre, era necesario corregir una leyenda negra. "No poseemos el privilegio de haber tenido en las generaciones anteriores únicamente perversos, delincuentes o tarados. Ha habido también aquí gente proba y sana". Usando la exageración, Basadre quiso acercarnos a la verdad. En su reciente obra, "Juegos peligrosos", la historiadora Margaret MacMillan advierte sobre el uso y abuso de la historia, enfatizando la selectividad, la maleabilidad y las mañas que practican los historiadores. La historia, dice, consiste en recordar el pasado, pero también en decidir qué es lo que debemos olvidar.

La reconciliación es una experiencia normal de la vida personal, un pasaje delicado y doloroso, y navegarlo es un arte de la vida. El dilema central se presenta cuando debemos escoger entre dos valores, la paz y la verdad. Sin verdad no es posible reconciliar; pero cuando la reconciliación es urgente, el recuerdo selectivo y la verdad parcial pueden ser virtudes, e insistir en la verdad desnuda, un fanatismo. Esa sabiduría y flexibilidad de la vida personal no es fácilmente transferible a la vida pública, donde la reconciliación es un arte naciente. En el último cuarto de siglo se cuentan 17 países que han creado comisiones de la verdad para sanar los traumas dejados por conflictos civiles, genocidios, dictaduras y el apartheid, incluyendo la CRV peruana en 2003. Hoy se ha decidido reforzar su trabajo creando un "lugar de la memoria". Era de esperar que los resultados fueran materia de debate, pero creo probable que en algún grado ha contribuido a reducir la tensión colectiva.

No obstante, queda la pregunta sobre si las verdades de la CVR peruana son como las de Basadre, una exageración con buena intención. Dos hechos levantan esa duda. Uno fue que al formar la comisión con miembros de abierta militancia política se olvidó la regla de la mujer del César. Otro fue el manejo estadístico de la CVR, presentando cifras del número de víctimas que pretenden tener una exactitud absurda e inexistente; y peor aún, equiparando los crímenes decididos como fría política de subversión con los que se produjeron por obra de una desesperada, confusa y mal informada defensa de la democracia, defensa que nos salvó de un huaico de atrocidades. Sugiero un museo adicional para recordar lo que pudo ser, de no haberse capturado a Abimael Guzmán.



Los magistrados

EDITORIAL

La descomposición del Consejo de la Magistratura

Lunes 22 de Febrero del 2010

A unque no es la primera vez que el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) se sumerge en vergonzosos y grotescos escándalos, las graves denuncias formuladas en su contra en las últimas semanas no tienen parangón ni excusa. Se evidencia con total crudeza el grado de descomposición institucional en que se encuentra una de las entidades más importantes del sistema judicial.

Nuestro Diario, que ha cumplido con fundamentar gran parte de las últimas denuncias y otras producidas en años anteriores, tiene que reiterar lo que es una exigencia a voces: que el Congreso inicie de inmediato el camino a la reforma del CNM, que por todo lo que viene ocurriendo en su seno, no está en condiciones de garantizar la eficiencia y ética de la administración de justicia en el Perú.

Uno de esos lastres radica en la consabida y perniciosa intromisión política que deben hacer frente el Poder Judicial, en general, y el CNM, en particular. Se trata, sin duda, de un mal antiguo, producto de las dependencias presupuestales y no presupuestales que históricamente ha padecido la administración de justicia peruana, pero que ahora se ha hecho más intensa, evidente e incluso descarada, al punto que uno de los miembros del CNM acaba de reconocer que efectivamente existen presiones políticas que flaco favor hacen a la transparencia e imparcialidad que debe caracterizar la función jurisdiccional.

Ante esto, bien vale recordar por qué y para qué nació el CNM. Si bien estaba presente en la Constitución de 1979, fue al amparo de la Carta Constitucional de 1993 que se buscó cambiar sus atribuciones y estructura para despolitizar la elección de jueces y fiscales, impedir que sean digitados por los poderes Ejecutivo y Legislativo, y garantizar que la sociedad civil —representada por colegios profesionales, diferentes al de abogados, y las universidades— participara en ese proceso.

Después de 17 años de esas modificaciones, hay que someter a evaluación al propio consejo e identificar sus aportes y omisiones a la administración de justicia, después del nefasto fujimorato, los gobiernos de Paniagua y Toledo, y en el actual.

En principio, hoy es claro que su actual configuración ha sido rebasada, y debe ser reemplazada por otra igualmente constitucional, capaz de impedir que las altas esferas del poder de turno o sus circunstanciales allegados se entrometan directa o indirectamente en el proceso de selección, evaluación, ratificación y sanción de los magistrados peruanos.

Tampoco la participación de los colegios profesionales ha sido ejemplar: la infiltración política es mayor a su independencia y la corrupción, superior al compromiso ético. Así lo demuestran los dos casos denunciados por El Comercio: el del consejero Efraín Anaya, representante del Colegio de Enfermeros, acusado con evidencias de haber pedido "favores económicos" a un magistrado a cambio de apoyarlo para que alcance una plaza en el reciente concurso de fiscales y vocales supremos. ¡Qué decir del fiscal destituido y denunciado penalmente, pero admitido como evaluador del CNM, con la venia del resto de integrantes de la comisión de nombramiento!

A estas alturas, bien vale preguntarse qué otras irregularidades no denunciadas se habrán perpetrado en ese proceso, herido de muerte, viciado y que por equidad debe ser suspendido de manera definitiva.

Además, hay un problema en el modus operandi del CNM. Si bien algunas de sus decisiones son constitucionalmente inimpugnables, es inadmisible el tratamiento que aplica en el nombramiento de magistrados, así como su abdicación para ceder a terceros la calificación de jueces y fiscales. Esto abre demasiadas suspicacias, sospechas y falta de credibilidad en el sistema judicial, como ha sucedido en el caso del destacado fiscal Avelino Guillén, de impecable desempeño profesional y moral, inexplicablemente desaprobado en el mencionado concurso.

Por todo esto, y mientras los poderes del Estado se deciden a iniciar la ineludible reforma del Consejo Nacional de la Magistratura, deben hacerse los controles de daños necesarios, en defensa de la institucionalidad, el Estado de derecho y la democracia, para convertirnos en un país cuya administración de justicia realmente ofrezca garantías.



La banda del choclito

Bandas que han atemorizado Lima

Lunes 22 de Febrero del 2010

Las bandas armadas han tenido en jaque, durante largos períodos de tiempo, a la sociedad limeña. Jorge Luis Campos Milla "Momón" (49) se hizo tristemente célebre por liderar durante la década de los noventa una banda que asaltaba y asesinaba cambistas. El mismo "Momón" llegó a admitir que mató a diez cambistas, hecho por el que fue condenado a 35 años de prisión en el 2003.

Otra banda que acaparó los titulares de la prensa nacional fue la banda Los Destructores que era liderada por Jacinto Aucayari "Cholo Jacinto". Dicho grupo fue bautizado de esa manera tras un asalto al Banco de la Nación en 1992 en el que usaron armas de guerra, hecho inédito hasta entonces. Aucayari fue apresado en el 2001 y desde entonces ha sido trasladado a diferentes penales debido a su gran peligrosidad.

En la década de los ochenta, la banda Los Elegantes integrada por Fernando Valera Calvo "La Gringa" y el "Loco Perochena" también saltó a la fama por robar residencias.

La Mecedora deporte nacional

PIEDRA DE TOQUE

El arte de mecer

Por: Mario Vargas Llosa Escritor
Domingo 21 de Febrero del 2010

Esta mañana, a la hora del almuerzo, escuché a mi hija Morgana contar los cuentos que les cuenta, a ella y a Stefan, su marido, la compañía de Cable Mágico para justificar su demora en instalarles el sistema de televisión por cable. Les juran que irán esta tarde, mañana, mañana en la tarde, y nunca van. Hartos de tanto cuento, han decidido pasarse a la competencia, Direct TV, a ver si es más puntual.

Lo ocurrido a Stefan y Morgana me ha tenido varias horas recordando la maravillosa historia de Ventilaciones Rodríguez S.A. que viví y padecí cerca de doce meses, aquí en Lima, hace la broma de treinta años. Nos habíamos comprado una casa en el rincón de la ciudad que queríamos, frente al mar de Barranco, y un arquitecto amigo, Cartucho Miró Quesada, me había diseñado en toda la segunda planta el estudio de mis sueños: estantes para libros, un escritorio larguísimo de tablero muy grueso, una escuadra de sillones para conversar con los amigos, y una chimenea junto a la cual habría un confortable muy cómodo y una buena lámpara para leer.

Las circunstancias harían que la pieza más memorable del estudio fuera, con el tiempo y por imprevistas razones, la chimenea. Era de metal, aérea y cilíndrica y Cartucho la había diseñado él mismo, como una escultura. ¿Quién la fabricaría? Alguien, tal vez el mismo Cartucho, me recomendó a esa indescriptible empresa de apelativo refrigerado: Ventilaciones Rodríguez S.A. Recuerdo perfectamente aquella tarde, a la hora del crepúsculo, en que su propietario y gerente, el ingeniero Rodríguez, compareció en mi todavía inexistente estudio para firmar el contrato. Era joven, enérgico, hablador, ferozmente simpático. Escuchó las explicaciones del arquitecto, auscultó los planos con ojos zahoríes, comentó dos o tres detalles con la seguridad del experto y sentenció: "La chimenea estará lista en dos semanas".

Le explicamos que no debía apurarse tanto. El estudio solo estaría terminado dentro de mes y medio. "Ese es su problema", declaró, con un desplante taurino. "Yo la tendré lista en quince días. Ustedes podrán recogerla cuando quieran".

Partió como una exhalación y nunca más lo volví a ver, hasta ahora. Pero juro que su nombre y su fantasma fueron la presencia más constante y recurrente en todos los meses sucesivos a aquel único encuentro, mientras el estudio se acababa de construir y se llenaba de libros, papeles, discos, máquinas de escribir, cuadros, muebles, alfombras, y el hueco del techo seguía allí, mostrando el grisáceo cielo de Lima y esperando a la chimenea que nunca llegaba.

Mis contactos con Ventilaciones Rodríguez S.A. fueron intensos, pero solo telefónicos. En algún momento yo llegué a contraer una pasión enfermiza por la secretaria del ingeniero Rodríguez, a quien tampoco nunca vi la cara ni conocí su nombre. Pero recuerdo su voz, sus zalamerías, sus pausas, sus inflexiones, su teatro cotidiano, como si la hubiera llamado hace media hora. Hablar con ella cada mañana, los cinco días hábiles de la semana, se convirtió en un rito irrompible de mi vida, como leer los periódicos, tomar desayuno y ducharme.

"¿Qué cuento me va usted a contar hoy día, señorita?", la saludaba yo.

Ella nunca se enojaba. Tenía la misma irresistible simpatía de su jefe y, risueña y amable, se interesaba por mi salud y mi familia antes de desmoralizarme con el pretexto del día. Confieso que yo esperaba ese instante con verdadera fascinación. Jamás se repetía, tenía un repertorio infinito de explicaciones para justificar lo injustificable: que pasaban las semanas, los meses, los trimestres y la maldita chimenea nunca llegaba a mi casa. Ocurrían cosas banales, como que el señor de la fundición caía preso de una gripe con fiebres elevadas, o verdaderas catástrofes como incendios o fallecimientos. Todo valía. Un día, que yo había perdido la paciencia y vociferaba en el teléfono como un energúmeno, la versátil secretaria me desarmó de esta manera:

"Ay, señor Vargas Llosa, usted riñéndome y amargándose la vida y yo desde aquí estoy viendo el cielo, le digo".

"¿Cómo que viendo el cielo? ¿Qué quiere usted decir?"

"Que se nos ha caído el techo, le juro. Anoche, cuando no había nadie. Pero no es ese accidente lo que me da más pena, sino haber quedado mal con usted. Mañana le llevamos su chimenea sin falta, palabra".

Un día tuvo la extraordinaria sangre fría de asegurarme lo siguiente:

"Ay, señor Vargas Llosa, usted haciéndose tan mala sangre y yo viendo desde aquí su chimenea linda, nuevecita, partiendo en el camión que se la lleva a su casa".

Mentía tan maravillosamente bien, con tanto aplomo y dulzura, que era imposible no creerle. Al día siguiente, cuando la llamé para decirle que no era posible que el camión que me traía la chimenea se demorara más de veinticuatro horas en llegar de la avenida Colonial de Lima hasta Barranco (no más de diez kilómetros) se sobrepasó a sí misma, asegurándome en el acto, con acento afligido y casi lloroso:

"Ay, usted no se imagina la desgracia terrible que ocurrió: el camión con su chimenea chocó y ahora el chofer está con conmoción cerebral en el Hospital Obrero. Felizmente, su chimenea no tuvo ni un rasguño".

La historia duró más de un año. Cuando la chimenea llegó por fin a la casa de Barranco ya casi nos habíamos acostumbrado al hueco del techo por el que, un día, una paloma distraída se extravió y aterrizó en mi escritorio. Lo más divertido —o trágico— del final de este episodio fue que a la chimenea bendita solo pudimos usarla una sola vez. Con resultados desastrosos: el estudio se llenó de humo, todo se ensució y yo tuve un comienzo de asfixia. Nunca más intentamos encenderla.

Aquella secretaria mitológica de Ventilaciones Rodríguez S.A. era una cultora soberbia de una práctica tan extendida en el Perú que es poco menos que un deporte nacional: el arte de mecer. "Mecer" es un peruanismo que quiere decir mantener largo tiempo a una persona en la indefinición y en el engaño, pero no de una manera cruda o burda, sino amable y hasta afectuosa, adormeciéndola, sumiéndola en una vaga confusión, dorándole la píldora, contándole el cuento, mareándola y aturdiéndola de tal manera que se crea que sí, aunque sea no, de manera que por cansancio termine por abandonar y desistir de lo que reclama o pretende conseguir. La víctima, si ha sido "mecida" con talento, pese a darse cuenta en un momento dado de que le han metido el dedo a la boca, no se enoja, termina por resignarse a su derrota y queda hasta contenta, reconociendo y admirando incluso el buen trabajo que han hecho con ella. "Mecer" es un quehacer difícil, que requiere talento histriónico, parla suasoria, gracia, desfachatez, simpatía y solo una pizca de cinismo.

Detrás del "meceo" hay, por supuesto, informalidad y una tabla de valores trastocada. Pero, también, una filosofía frívola, que considera la vida como una representación en la que la verdad y la mentira son relativas y canjeables, en función, no de la correspondencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre las palabras y las cosas, sino de la capacidad de persuasión del que "mece" frente a quien es "mecido". En última instancia, la vida, para esta manera de actuar y esta moral, es teatro puro. El resultado práctico de vivir "meciendo" o siendo "mecido" es que todo se demora, anda mal, nada funciona y reinan por doquier la confusión y la frustración. Pero esa es una consideración mezquinamente pragmática del arte de mecer. La generosa y artística es que, gracias al meceo, la vida es pura diversión, farsa, astracanada, juego, mojiganga.

Si los peruanos invirtieran toda la fantasía y la destreza que ponen en "mecerse" unos a otros, en hacer bien las cosas y cumplir sus compromisos, este sería el país más desarrollado del mundo. ¡Pero qué aburrido!

LIMA, FEBRERO DEL 2010


domingo, 21 de febrero de 2010

No me gusta las Matematicas papa


La verdad de las matemáticas

SIN APOYO DESDE 1985, UNOS 217 ESTUDIANTES NOS HAN REPRESENTADO EN OLIMPIADAS MUNDIALES DE MATEMÁTICAS. AQUÍ LA HISTORIA DEL DESTINO Y LAS PERIPECIAS QUE ATRAVESARON ESTASVENES PROMESAS

Por: Nelly Luna Amancio
Domingo 21 de Febrero del 2010

El azar también se encubre entre los números. Jimmy Astupillo —niño prodigio becado por una academia desde los 9 años, medalla de bronce en las olimpiadas del continente y mención honrosa en un campeonato mundial— reposa esta calurosa tarde de febrero en su modesta casa de ladrillos de Comas. Razona sobre el azar. Dice que es posible conocerlo con las probabilidades, pero que él prefiere las certezas. El niño que durante más de nueve años arrasó los campeonatos de matemáticas y exámenes de admisión tiene ahora 28 años y aún no logra acabar la universidad. De aquellos años en los que la prensa y los profesores lo tildaban como la adolescente promesa matemática tiene solo los recuerdos que hoy cuelgan en la pared de ladrillos de su sala: hay un corazón forrado en tela negra del que pende una decena de medallas protegidas con un plástico transparente, empolvado.

Cada vez que recuerda, Jimmy agacha la cabeza y junta sus manos como si fuera a rezar. Cuenta que un día de 1992 de pronto llegó a su colegio de Comas un profesor y le ofreció una beca en una academia. "Yo era bueno con los números y ya había ganado algunos concursos interescolares", dice. Así fue como acabó sentado en la primera fila del aula de una academia preuniversitaria cuando sus piernas ni siquiera alcanzaban el piso. "A mí siempre me asombró mi hijo Jimmy, no sabía ni leer y ya resolvía los pupiletras de los periódicos, a los 6 años ya repetía la tabla de multiplicar", dice doña Amelia, la madre que llegó de Arequipa cuando este lugar era todavía un terral.

Jimmy lleva un pantalón corto, un polo sin mangas y una chaquira en el cuello. Luce descansado, pero no siempre está así. Desde hace unos años su rutina consiste en viajar los domingos por la noche hacia Trujillo (donde enseña matemáticas en un colegio los lunes y martes), retornar con las mismas y amanecer en Lima los miércoles, dar clases de álgebra en una academia del centro de Lima, y así, por fin, entregarse los jueves y viernes a sus cursos de matemática pura en San Marcos. Este distorsionado horario lo obliga a llevar apenas dos cursos por semestre: Jimmy ya debería haber terminado la carrera, pero aún tiene para varios años más. La necesidad económica eligió por él. No era la primera vez.

TALENTO SIN APOYO
En 1998 Jimmy ocupó el primer lugar de ingreso a Ingeniería Mecatrónica en la UNI, pero no terminó. Su mamá enfermó y tuvo que trabajar dictando clases en una academia. "Los horarios de clase se cruzaban con los del trabajo, tuve que dejarlo".

—¿Por qué no continuaste?

—Por vergüenza.

—¿Has intentado postular a una beca en el extranjero?

—Nunca lo he intentado.

—¿Por qué?

—Por falta de información, creo

—¿Alguna vez alguien del Ministerio de Educación te ofreció apoyo o una beca?

—No.

El 2008 el Perú ganó su primera medalla de oro en una olimpiada mundial de matemáticas y ocupó el puesto número 17 de un total de 104 países que participan anualmente en este certamen. Y el año pasado quedó en un expectante puesto 24. Los puntajes del Perú están, incluso, por encima de países como España, Francia, Cuba, Argentina, Chile y Colombia. ¿Será que este talento —que los mismos matemáticos dicen que es innato— procede de ese natural cálculo mental que durante generaciones ha obligado a las familias peruanas a dividir lo que falta, a sumar lo que resta? Puede ser, pero hay algo más.

La perversa contradicción de tener uno de los peores sistemas de educación pública y ocupar al mismo tiempo un lugar importante en las competencias de matemáticas tiene una explicación nada matemática.

Desde hace más de una década el sector privado —léase la Somape y la Universidad Católica— viene dando una intensa y selectiva preparación a los mejores estudiantes de escuelas y academias. "Este apoyo es lo que ha mejorado el rendimiento de los más jóvenes, pero lo que no cambia es la indiferencia del Estado hacia estos grupos de estudiantes", dice, con la autoridad de ex olímpico, Jesús del Carpio Talaverano, uno de los cuatro estudiantes que participaron por primera vez aquel diciembre de 1985 en una competencia internacional: la primera Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas realizada en Colombia. "Los que participamos en esa primera olimpiada nunca antes habíamos practicado en un examen tipo olimpiada: dos días de evaluación, cada uno con tres problemas para ser resueltos en no más de cuatro días, estábamos nerviosos, pero contentos".

De ese primer concurso internacional al que el Perú asistió, Jesús recuerda un hecho que entonces causó indignación, pero que ahora le parece ya una anécdota.

Ese noviembre de 1985 el entonces presidente García firmó una resolución que oficializaba el nombramiento del equipo que representaría al Perú en las olimpiadas, pero no dijo nada más. "Sacó la resolución, pero no hubo dinero, nada, al final una empresa nos donó los pasajes para los alumnos y los dos profesores que nos acompañaban consiguieron los suyos", cuenta. Lo peor llegó al volver. "Fuimos al aeropuerto y en el "counter" nos dijeron que nuestros pasajes de retorno para ese 19 de diciembre habían sido vendidos porque era temporada alta, nos habían cambiado el retorno para después de Navidad". Mientras el tema se resolvía en Lima, la selección de estudiantes se alojó en la casa del cónsul.

Las historias de desplantes se repiten con la llegada de un nuevo concurso. Aún ahora es complicado conseguir los pasajes para el traslado de los muchachos. "Hay mucho talento por descubrir en el Perú", dice el profesor Uldarico Malaspina, miembro de la Sociedad Matemática Peruana (Somape). Muchos de estos ex olímpicos desarrollan una carrera prometedora aquí y en el exterior, pero otros, con menos oportunidades, ceden a los dilemas económicos y son contratados como docentes en alguna de las tantas academias del país.

Aunque a muchos de los olímpicos les encante y disfruten las matemáticas, la mayoría acaba por elegir alguna de las ingenierías. Un matemático en el Perú solo puede dedicarse a la docencia. Aquí nadie paga por la investigación. En países con un rendimiento menor al nuestro, los matemáticos desarrollan las teorías que más adelante aplicarán la ingeniería y otras ciencias. "Las leyes de Newton no se podrían haber creado sin la teoría matemática diferencial", dice Jesús del Carpio. Él eligió ingeniería de sistemas y ahora dirige su propia empresa en San Martín de Porres.

LAS GANAS DE SUPERACIÓN
Los padres de Jesús del Carpio Talaverano, como la madre de Jimmy Astupillo, pertenecen a esa estirpe de esforzados migrantes que lo dieron todo por la educación de sus hijos. El padre de Jesús no estudió ninguna profesión, pero siempre mostró mucho interés por el desempeño académico de sus hijos. "Mi papá es perfeccionista e inteligente. Él tiene una frase: "Solamente hay dos formas de hacer las cosas: o las haces bien o las haces mal, el más o menos no existe"". Su padre le inculcó eso y mucha disciplina. "Le encantaba los juegos de pensar. Nos hacía concursar entre nosotros: tres por doce, once por once, nueve por ocho", recuerda Jesús. El padre —dejaba a un lado el cansancio laboral— siempre preguntaba por el avance en el colegio. "Veíamos poca televisión, pero qué niño entendería eso hoy".

Todo triunfo conlleva sacrificios. Jesús cuenta como anécdota que él nunca aprendió a jugar trompo y que su primera cometa la voló recién cuando nacieron sus hijos. "Tampoco aprendí a montar bicicleta porque nunca la tuve", dice. Ahora, en perspectiva, recuerda aquellos años y confiesa que gracias a ello siempre tuvo claro su norte. "Maduré mucho más rápido, a los 16 años ya sabía qué quería y qué tenía que hacer para lograrlo".

En los hijos de migrantes el valor de superación y esfuerzo está mucho más arraigado. "Valoramos más el esfuerzo de nuestros padres, entendemos que para ellos incluso fue más difícil que para nosotros, y mis hijas, por ejemplo, no pasan ni la centésima de lo que yo pasé", cuenta Jesús. La valoración del esfuerzo cambia con cada generación. Sin duda, la necesidad de tener algo moviliza el esfuerzo.

LA TAREA DEL ESTADO
Desde 1985, el Perú ha participado en 45 olimpiadas, 13 de ellas de carácter mundial y las otras continentales. En todo este tiempo el nivel de la selección peruana ha ido mejorando notablemente. Del puesto 60 que ocupó el Perú en el mundo, el año 2003, ahora está en el puesto 24.

La Sociedad Matemática sostiene que el apoyo privado es importante pero que el Estado tiene que hacer más, sobre todo por los jóvenes de menos recursos. Ellos recomiendan crear un programa que promueva e incentive el retorno de los talentos peruanos que radican en el exterior, desarrollar un programa de detección y formación de jóvenes talentos, fortalecer e invertir en proyectos de investigación en matemática. "Es inconcebible que haya tan buenos estudiantes pero que no reciban ningún apoyo, el presupuesto de Educación es terrible".

—¿Te consideras superdotado?

— No, para nada, solo tengo habilidades, como otros las tienen para otras cosas.

—¿No duermes pensando en un problema?

—Muchas veces.

Jimmy todavía recuerda el problema número seis de la Olimpiada Mundial de 1997 que lo obsesionó durante más de ocho años. Halló la respuesta en un boletín que compró con todo lo que tenía en el bolsillo. La intriga se desvaneció con un alivio: "era un problema que yo jamás hubiera podido descubrir".

LA CIFRA
8
Años, entre 1989 y 1997, el Perú dejó de participar en las Olimpiadas Mundiales de Matemáticas. La crisis económica de entonces también limitó la participación en otros certámenes.

Russel Crowe


Lograr mentes brillantes

Por: E Santiago Antúnez de Mayolo
Domingo 21 de Febrero del 2010

En el año 2007 presentamos como nueva propuesta educativa para el país, el método ProEduPerú para lograr el desarrollo integral del niño, de 0 a 5 años 11 meses. Es en este lapso —tan desatendido— cuando según las neurociencias se estructura todo el sistema cerebral integrado por 100 billones de neuronas que requieren constante información para interco-nectarse. ProEduPerú  incluye, además, una adecuada nutrición e higiene, y toma en cuenta que la formación del menor tiene dos componentes básicos: mente y conducta. Usamos actividades que crean y estimulan circuitos cerebrales: percepción, comunicación, atención, memoria, orientación espacial, razonamiento y cálculo. La conjunción de dos o más de las anteriores forma la creatividad. La continua confrontación de mente y conducta gesta una sana y positiva personalidad. Nuestra propuesta revertiría la actual pobreza intelectual del Perú, principal freno para el desarrollo. Con poca inteligencia pocos avances tendremos como nación.

Tomemos en cuenta algunos datos. En 1998 la Unesco presentó el resultado de las evaluaciones de alumnos sudamericanos. Los estudiantes peruanos quedaron últimos y con un promedio de coeficiente intelectual (IQ) de apenas 83 puntos, es decir "infranormales" y muy por debajo de los 108 puntos de los países más desarrollados y emergentes.

Los alumnos peruanos quedaron mal, también, en los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA), que examinó 5 naciones latinoamericanas y 36 europeas: quedaron últimos en ciencia y matemática. Durante su período como ministro de Educación, en el gobierno de Toledo, el arquitecto Sota Nadal encontró que solo el 10 % de alumnos comprendía lo que leía. Todo esto resulta de una pésima calidad educativa y la desnutrición (o mala alimentación) de nuestra niñez y juventud, por la cual uno de cada tres pequeños padece anemia crónica. ProEduPerú es un paso que creemos necesario para revertir esta situación. La mejor inversión que puede hacer un país es en educación, en su actualización acorde a la nueva información que brindan las neurociencias y adaptada a un mundo cada vez más interconectado y competitivo.

Seguimos calculando en vez de gobernar

Del bono al voto militar y policial

 

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

Anzuelos electorales en cuarteles y comisarías.

El mismo gobierno que cuadró al Congreso por promover un bono extraordinario para militares y policías, al final decidió patear el problema para adelante también con un bono extraordinario y una comisión que identifique soluciones de fondo para dichas remuneraciones. Aunque el esquema anunciado es algo diferente, no hay duda de que el Legislativo le ganó esta batalla al Ejecutivo.

El propio presidente Alan García lo anunció, el sábado por la mañana, en Palacio de Gobierno, en medio de un contexto crecientemente tenso en cuarteles y comisarías: mil soles para todos los suboficiales y oficiales desde alférez hasta comandante.

El costo total será de alrededor de 150 millones de soles y se financiará, a diferencia de lo planteado por el Congreso, con recursos de los ministerios del Interior y Defensa, lo que implicará el recorte del gasto corriente y de las inversiones que ya estaban previstos en estos sectores.

Como todo pago por una sola vez, y por un monto de solo mil soles, este bono no va a arreglar nada más allá de ser una señal de preocupación e interés del gobierno. Este se explica por el tremendo atraso salarial y por el antiguo desinterés por resolver el problema con una perspectiva de largo plazo, lo cual ha dado lugar a la creación de una comisión de ministros que, en 180 días, deberá tener una propuesta. Dicho esquema debiera ser parte de una reforma más profunda aún de ambas instituciones, con planteamientos que el gobierno aprista –al igual que todos los previos– ha carecido hasta el momento.

Un plazo de 180 días significa agosto de este año, cuando la campaña municipal-regional esté en su apogeo, y la presidencial-parlamentaria bien caliente, por lo que las remuneraciones castrenses serán tema de la agenda de la próxima elección.

Es obvio que la peor oportunidad para discutir sueldos con alguien es cuando, simultáneamente, se le pide su voto. Entre miembros en actividad y retiro de las fuerzas armadas y policiales, más familiares y allegados, quizá hablemos de alrededor de un millón de votos que serán seducidos por los candidatos.

¿Quién se los llevará? ¿Luis Giampietri por su papel en el logro del bono? ¿Ollanta Humala si, como parece, llevará en sus listas a los policías destituidos que participaron en el plantón frente al MEF? ¿Edwin Donayre sacará alguito?

Lo más probable es que todos los partidos tiren anzuelos en cuarteles y comisarías con ofertas salariales, así como con militares y policías en sus listas al Congreso, al igual que ahora todos los partidos llevan su voleibolista, por lo que quizá este voto se acabe distribuyendo en proporción a la votación general del país.

Al tercer dia resucitaras. Somos campones mundiales

La resurrección de los compadres

Por: Pedro Ortiz Bisso
Domingo 21 de Febrero del 2010

Este inesperadamente exitoso arranque de Universitario y Alianza Lima en la Copa Libertadores ha provocado que muchos hinchas devorados por el entusiasmo empiecen a preguntarse si acaso estamos siendo testigos de la resurrección del fútbol peruano.

Pues, me temo que la respuesta es negativa.

¿Por qué les ha ido bien a los compadres? Fundamentalmente porque sus técnicos entendieron que seguir jugando a 20 kilómetros por hora, con pasecitos insulsos hacia los costados y una que otra huachita arranca aplausos, lo único que les aseguraba era sumar otro papelón al currículum. Se dieron cuenta de que el fútbol moderno demanda una mayor exigencia física, que los jugadores deben estar en permanente movimiento, fabricando espacios aun sin la pelota en los pies. Entendieron la importancia de asfixiar al rival hasta quitarle el balón para luego jugarlo en no más de dos toques. Para ello era indispensable construir un equipo solidario, que no dependa de un solo jugador. La "U" ya había aplicado dicha  fórmula en la Copa Libertadores del año pasado, en la que apenas fue eliminada por diferencia de goles, y en el torneo local. Alianza, su principal víctima a lo largo del 2009, aprendió la lección y decidió hacer lo mismo. Gustavo Costas le puso fin a la dependencia exclusiva de la zurda de Johnnier Montaño y ensambló un equipo de obreros, mucho más contundente que el once de Juan Reynoso. Que dos equipos peruanos hayan ganado sus dos primeros partidos en una Copa Libertadores, incluyendo uno fuera de casa, no estaba en los cálculos de nadie, ni siquiera del más fanático de sus simpatizantes.

Sin embargo, aún no existe una razón que permita establecer efectos vinculantes entre estos éxitos con la resurrección del balompié criollo. Aquí mis razones: 

— En la historia del fútbol peruano los triunfos hazañosos se mezclan con las derrotas humillantes. La prensa deportiva ha fabricado diversas explicaciones para estos fracasos ("gitanería", "falta de actitud"), que bien podrían resumirse en una más simple: falta de preparación. Tras solo dos jornadas de la Libertadores, imaginar que el final será distinto es todavía prematuro.

— La crisis de nuestro balompié es estructural. El sistema organizativo ha colapsado y requiere un cambio radical que implique políticas de desarrollo de mediano y largo plazo. Clasificar a un Mundial o hacer una buena campaña en una Copa Libertadores no alcanza para resanar sus agudos problemas de base.

— Si bien hay jugadores que han sorprendido por su rendimiento, aún existen posiciones dentro de la cancha que no están adecuadamente cubiertas, ¿o ya olvidamos cómo sufrimos en la última eliminatoria por la falta de marcadores de punta y volantes centrales?

— Finalmente, muchos siguen añorando la forma cómo la selección nacional jugaba en la década del setenta, sin advertir que el fútbol actual ya cambió. Sin agresividad en la marca y dinámica en los desplazamientos no hay manera de tener éxito. El resto es nostalgia, pura novelería.

Que el entusiasmo no nos desborde. Para que el fútbol peruano cambie, resta muchísimo por hacer.