Realismo mágico
El realismo mágico es, por así decirlo, un género metalingüístico y literario de mediados del siglo XX. El término fue inicialmente usado por un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada. El término llegó a nuestra lengua con la traducción en 1925 del libro Realismo mágico (Revista de Occidente, 1925), fue en gran medida influenciado por las obras surrealistas de la escritora chilena Maria Luisa Bombal[1] pero más tarde en 1947, fue introducido a la literatura hispanoamericana por Arturo Úslar Pietri en su ensayo El cuento venezolano.[2] Señala Úslar:
El crítico venezolano Víctor Bravo señala que la noción de 'realismo mágico' nació casi de manera simultánea con la de 'real maravilloso': "La formulación inicial de una y otra noción --como referencia a un modo de producción literaria latinoamericana-- se hace casi de manera simultánea. En 1947, Arturo Úslar Pietri introduce el término "realismo mágico" para referirse a la cuentística venezolana; en 1949 Alejo Carpentier habla de "lo real maravilloso" para introducir la novela El reino de este mundo".[4]
Como referente literario previo al uso del término realismo mágico por parte de Úslar Pietri debe citarse a Massimo Bontempelli quien, en 1919, "conquista gran popularidad al publicar sus novelas del ciclo la 'Vida intensa', iniciándose en una literatura -–según nota de Nino Frank en el 'Dictionnaire des Auteurs', de Laffont-Bompiani-– que sacrifica la corriente convencional de la época, a la manera de Anatole France, convirtiéndose en una especie de apóstol de lo que se conoció como "realismo mágico"".[5]
Se considera que es la novela Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos, la iniciadora de esta corriente literaria.
Entre sus principales exponentes están el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el colombiano Gabriel García Márquez, ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura, aunque muchos aclaman como padres del realismo mágico a Juan Rulfo con Pedro Páramo, Arturo Uslar Pietri con su cuento La lluvia (1935), José de la Cuadra, Pablo Neruda y otros. Jorge Luis Borges también ha sido relacionado al realismo mágico, pero su negación absoluta del realismo como género o como una posibilidad literaria lo pone contra este movimiento. Laura Esquivel de México, con Como agua para chocolate, y Alejo Carpentier, de Cuba, en su prólogo al Reino de este mundo, definen llur escritura inventando el concepto de real maravilloso, que, a pesar de sus semejanzas con el realismo mágico de Gabriel García Márquez, no debería ser asimilado a él. El realismo mágico se desarrolló muy fuertemente en las décadas del '60 y '70, producto de las discrepancias entre dos visiones que en ese momento convivían en [[Hispanoamérica]: la cultura de la tecnología y la cultura de la superstición. Además, surgió como modo de reaccionar mediante la palabra ante los regímenes dictatoriales latinoamericanos frecuentes en esa época. Esta última idea es un poco peregrina. Sin embargo, existen textos de este tipo desde la década de 1930, en las obras de José de la Cuadra, en sus nouvelles --por ejemplo, La tigra--, y también sería desarrollado en profundidad este estilo de escritura por Demetrio Aguilera Malta ("Don Goyo", "La isla virgen").
El realismo mágico se define como una preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica, su finalidad no es suscitar emociones sino, más bien, expresarlas, y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad. Una de las obras más representativas de este estilo es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
El realismo mágico comparte ciertas características con el realismo épico, como la pretensión de dar verosimilitud interna a lo fantástico e irreal, a diferencia de la actitud nihilista asumida originalmente por las vanguardias como el surrealismo.
Una vez Gabriel García Márquez dijo: "Mi problema más importante era destruir la línea de demarcación que separa lo que parece real de lo que parece fantástico. Porque en el mundo que trataba de evocar, esa barrera no existía. Pero necesitaba un tono inocente, que por su prestigio volviera verosímiles las cosas que menos lo parecían, y que lo hiciera sin perturbar la unidad del relato. También el lenguaje era una dificultad de fondo, pues la verdad no parece verdad simplemente porque lo sea, sino por la forma en que se diga." [cita requerida]
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[editar] Aspectos destacables del Realismo mágico
Los siguientes elementos están presentes en muchas novelas del realismo mágico, pero no necesariamente todos se presentan en las novelas y también otras obras pertenecientes a otros géneros pueden presentar algunas características similares.
- Contenido de elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la "normalidad".
- Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero (por lo general) nunca explicados.
- Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
- Se puede apreciar en el contenido de la novela, representaciones de mitos y leyendas que por lo general son latinoamericanas. Incluso, en el libro Cien años de soledad, se hace alusión al mito de la humanidad, en el momento en que Adán y Eva se marchan del jardín del Edén.
- Contiene multiplicidad de narradores (combina primera, segunda y tercera persona), con el fin de darle distintos puntos de vista a una misma idea y mayor complejidad al texto.
- El tiempo es percibido como cíclico, no como lineal, según tradiciones disociadas de la racionalidad moderna.
- Se distorsiona el tiempo, para que el presente se repita o se parezca al pasado.
- Transformación de lo común y cotidiano en una vivencia que incluye experiencias "sobrenaturales" o "fantásticas".
- Preocupación estilística, partícipe de una visión "estética" de la vida que no excluye la experiencia de lo real.
- El fenómeno de la muerte es tomado en cuenta, es decir, los personajes pueden morir y luego volver a vivir.
- Planos de realidad y fantasía: hay hechos de la realidad cotidiana combinándose con el mundo irreal, fantástico, del autor, con un final inesperado o ambiguo.
- Escenarios americanos: en mayoría ubicados en los niveles más duros y crudos de la pobreza y marginalidad social, espacios donde la concepción mágica, mítica, aún es "vida real".
- Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos o no tienen explicación, o son muy improbables que ocurran.
- Se refiere a la novedad de los personajes irreales que siempre actúan sin actuar, es decir, que la copiosidad del personaje se ve reflejada en cada letra de la novela.
[editar] Características del realismo mágico
[editar] Personajes
Los personajes presentes en las obras de esta corriente suelen tener viajes, no sólo de tipo físico, como los que sufren los personajes de las obras criollistas, por dar un ejemplo, sino que éstos cambian de espacios y tiempos desde sus pensamientos y su estado onírico.
[editar] Tiempo
Encontramos 4 posturas:
- Tiempo cronológico: Las acciones siguen el curso lógico del tiempo.
- Ruptura de planos temporales: mezcla de tiempo presente con tiempo pasado (regresiones) y tiempo futuro (adelantos).(La noche boca arriba de Julio Cortazar)
- Tiempo estático: El tiempo cronológico se detiene, es como si no trascendiera, en cambio, fluyen los pensamientos de los personajes.
- Tiempo invertido: Es el más contradictorio: considerar la noche día cuando leemos: "Era el amanecer", "Se hizo la noche", entre otras.
[editar] Referencias
- ↑ http://www.britannica.com/EBchecked/topic/72507/Maria-Luisa-Bombal
- ↑ Arturo Úslar Pietri, El cuento venezolano en 'Letras y hombres de Venezuela', Madrid, Editorial Mediterráneo (3era. edición: 1974)
- ↑ Citado por Víctor Bravo en Magias y maravillas en el continente literario (Caracas, Ediciones de la Casa de Bello, 1991), pp.14-15
- ↑ Víctor Bravo, Magias y maravillas en el continente literario (Caracas, Ediciones de la Casa de Bello, 1991), p. 13
- ↑ cfr. Material de lectura, 28: Massimo Bontempelli
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