domingo, 28 de febrero de 2010

Intelectuales venidos a menos

El fracaso del intelectual "comprometido"

20 de Febrero del 2010
 LIMA | Las ciencias sociales peruanas se han devaluado más que el Inti-Millón del primer gobierno de Alan. Si hay algo así como un "mainstream" del académico local, éste se reduce a un manojo de ideas fuerza: la culpa de todo la tienen los españoles, los chilenos, los apristas, el imperialismo neoliberal y sus "felipillos". El empresario es "hambreador", el Estado es "asesino". Y en el súmmum ultra de su búsqueda de aplausos baratos lanzan la explicación- primicia-chocherita: la pobreza como la varita mágica que explica Sendero, la caída de los partidos, el transfuguismo, Abencia, Tongo, Bayly.

Su lectura del país, altamente ideologizada y antojadiza, no pugna por evidencias más allá de los estados de ánimo de sus depresivos colegas, quienes "sufren" el país desde la comodidad de alguien que explica Bagua tomando un capuchino late en el Óvalo Gutiérrez o desde un (auto)destructivo blog "newyorkino" que le arruga a las leyes peruanas. Este "intelectual" ideologizado ha hecho que las interpretaciones del Perú se estanquen en los ochenta. No se ha actualizado el debate en 30 años y seguimos atrapados en la dicotomía "desborde popular"/"otro sendero". Para pasar piola apelan a la "relevancia" de epifenómenos-revista- Somos como los cómicos ambulantes de la Plaza San Martín o la cumbia del Cono Norte. Así, los estudios sobre la subalternidad terminan siendo un by-product inofensivo del pensamiento guía del intelectual "comprometido", que nos tira el mismo cuento siempre: la Colonia, los chilenos, los apristas, el neoliberalismo, Abencia, Tongo, Bayly� (Sí cuñao).

Esta academia "comprometida" es la responsable que no comprendamos nuestro país a pesar de tanto seminario y fondo editorial. Precisamente los que acusan de "responsabilidad política" a diestra y siniestra, no asumen la suya. Esa intelectualidad de (dizque) puño alzado en 50 años no nos ha dicho nada más que la Colonia, el APRA, el neoliberalismo, Tongo, blablablá; mientras tanto siguen habiendo Baguas, outsiders, tránsfugas. Esa intelectualidad ha fracasado y debe ser superada por otra más fiel al trabajo empírico, al dato concreto, duela a quien duela. La objetividad, así entendida, sea quizás tan utópica como la revolución, pero le ha llegado su turno.

Lamentablemente, si alguien está dispuesto a retar, a poner en duda o discutir la opinología de la academia-Avenida-Wilson-todo-Arequipa-pie-derecho, es rápidamente abucheado y maleteado por el callejón oscuro de la ignorancia atrevida: "eres de derecha, un agente de la CIA, un positivista, un cínico de falsa humildad, un defensor del sistema realmente existente, intelectualmente deshonesto, tu trabajo es una malagua". Esto le ha sucedido a Martín Tanaka, recientemente, a quien sólo se le podría acusar de propugnar la "honestidad brutal" de quien busca la imparcialidad. Como me dijo Ramón Ponce, Tanaka debe sentirse como John Wayne en un escenario de Risas y Salsa
Carlos Melendez

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