COMENTARIO DEL EDITOR
Alguien que puede decirle no a García
Su aprendizaje de gobierno ha hecho que Alan García tenga ahora, a diferencia del 85 al 90, más ministros que secretarios.
Su aprendizaje de la reciente coyuntura ha hecho que ahora tenga en el Gabinete, a diferencia de Aurelio Pastor, a alguien que puede decirle no, como garante de la legalidad de los actos presidenciales.
Recuérdese que para que estos actos no sean nulos requieren del refrendo de los ministros y más aun de quien está en la obligación de cuidar la calidad de los mismos: el ministro de Justicia.
Si a Pastor no lo hubiéramos escuchado defendiendo el indulto a Crousillat hasta el cansancio, podíamos haber imaginado que en algún momento aconsejó al mandatario que no lo firmase. Como lo que realmente pasó lo saben mejor que nadie García y Pastor, limitémonos hoy, no a voltear una página que debería estar siempre abierta, sino a mirar en la siguiente la agenda que tiene ante sí el nuevo ministro Víctor García Toma.
Veamos precisamente en síntesis de dónde viene y a dónde va García Toma.
Viene del Apra, pero no parece aprista. Ni siquiera apristón. Es más: no cuadraría en ninguna de las facciones del partido. Viene del mundo académico pero tiene más capacidades de gestión que el congresista Carlos Torres Caro, que pretende desconocerlas. Viene de presidir el Tribunal Constitucional, y, con respeto de sus ex colegas, es más crítico de este organismo que Javier Villa Stein. Viene, en suma, de una trayectoria jurídica muy sólida, lo que lo convierte en una carta ideal para el despacho de Justicia, una especie de SOAT para el otro delicado despacho: el de la presidencia.
En su condición de abogado y de curtido primer funcionario de la República, García podrá sobrarse en el conocimiento de muchos asuntos de gobierno y Estado, pero necesita que su brazo derecho jurídico no le falle nunca, por aprista que sea, por leal que sea. Necesita de alguien que sepa decirle No (así, en mayúsculas y con todo respeto). Y necesita respetar, por supuesto, a quien proceda así.
¿A dónde va entonces García Toma? Creemos que a cumplir su función como cree que debe desempeñarla o también dejarla si todo empezara a ser diferente.
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