La alerta de Luis Bedoya
Junto con Armando Villanueva, Luis Bedoya Reyes es un patriarca de la política peruana. A sus 91 años ha visto mucho y su experiencia es muy valiosa. También su olfato político porque, finalmente, las contiendas electorales suelen repetir los típicos olores de las alianzas y de los toma y daca, además de descubrir las vanidades y caracteres que animan a quienes se lanzan a conquistar el sillón presidencial. En la entrevista del domingo pasado Bedoya manifiesta una legítima preocupación respecto a las elecciones del 2011. En concreto, que Luis Castañeda, hasta hoy puntero en las encuestas, triunfe con el apoyo del Apra.
En este esquema el seguro candidato aprista serviría solo de incubadora para lograr una bancada fuerte en el Congreso. Jorge del Castillo no recibiría el apoyo real de Alan García, quien diseña con la laboriosidad de un encaje su tercer período para el 2016. Quedó en el tintero, inevitable, su apreciación sobre Luis Castañeda. Advierte Bedoya lo que muchos sospechan: "Que no tiene consistencia partidaria y que puede llegar a ser fuerte administrativamente, pero sería débil políticamente. Sin fuerza en el Parlamento este país no tiene gobierno que camine. Él cree que todo se resuelve en torno a las calles de Lima. Pero no sopesa que gobernar el país es lidiar con todas las fuerzas contradictorias que tiene y que el equilibrio de poderes es una lucha cada día".
Entonces Castañeda sería prisionero del Apra. Si a ello se le suma un triunfo de Kouri, con la complacencia de Alan García, la mazmorra es completa. La gestión del alcalde de Lima ha tenido cuestionamientos y quien sea elegido en este cargo tendrá que hacer un arqueo. ¿Lo encontrado será negociable? La política es así, sostiene con conocimiento de causa el experimentado líder pepecista. Tendríamos un gobierno débil para el 2011. La buenísima relación Castañeda-García es evidente. Se plasma también, según Bedoya, en que el apoyo de Castañeda a la candidatura de Lourdes Flores es nulo e inexistente y más bien iría por el lado contrario. No hay pacto, trato ni conversa al respecto. Lourdes juega sola, está clarísimo.
Tampoco quiere el líder de Solidaridad Nacional ningún apoyo del PPC para las presidenciales. Aún vive bajo la autosuficiencia, como indica Bedoya, y con la confianza que le deben transmitir las auspiciosas encuestas. Pero como la política peruana es volátil y voluble, Castañeda no debe desdeñar ningún apoyo. Si Humala o Keiko Fujimori despuntan, no le quedará otra que establecer alianzas electorales, cuanto antes mejor. Dice Bedoya que en el Perú no tenemos ni la experiencia ni la madurez para establecer alianzas políticas. Y tiene razón. Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
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