domingo, 7 de marzo de 2010

drogas y personajes


by Andrés Borbón on 13 October, 2008
1) Sigmund Freud y la Cocaína
Al principio, el interés de Freud en la cocaína era puramente médico. Escribió algunos artículos sobre sus experiencias con la substancia, diciendo que provocaba euforia unos minutos después de consumirla. Uno de sus amigos, Ernest von  Fleischl tenía un terrible hábito hacia el consumo de la morfina. Para ayudarlo, Freud le prescribió cocaína y le dijo que era una alternativa segura. Fleischl se convirtió en adicto, por supuesto, y comenzó a gastar más de 10 mil dólares al mes en la droga. Como buen académico, Freud registró los efectos secundarios negativos (alucinaciones, paranoia, etc.). En 1891, el amigo de Freud se convirtió en la primera persona en morir al mezclar heroína y cocaína. Freud era un usuario menos intenso de la sustancia pero escribió muchísimos artículos sobre la sustancia explicando sus efectos y su "posible" utilidad en el psicoanálisis. Lo que estaba haciendo, por supuesto, era justificar su propia adicción.
 
2) Andy Warhol y el Obetrol
El Obetrol es una mezcla de anfetaminas y se comercializa actualmente con el nombre de Adderall. Andy Warhol tomaba este medicamento a todas horas y no es difícil explicar algunas de las obras de este artista bajo la luz de su adicción a este poderoso estimulante.
 
3) Miles Davis y la Heroína
Miles estuvo "enganchado" a la heroína por cerca de 4 años, pero se las arregló para salir del atolladero tras haberse inspirado en el ejemplo de Sugar Ray Robinson
 
4) Balzac y la Cafeína
Muchos de nosotros somos adictos a la cafeína y no lo sabemos. Si no recibimos nuestra "dosis" diaria podemos sentirnos cansados o con dolor de cabeza. Pero al lado de Balzac somos unas niñas delicadas. No era raro para él escribir 48 horas sin descansar, ayudado por taza tras taza de café. Tomaba tanto café que podía trabajar sin descanso (y en verdadero estado de frenesí) y terminar novelas enteras en periodos tan cortos como un par de semanas.
 
5) Lewis Carroll y el Opio
En aquél entonces se llamaba Láudano y mucha gente lo tomaba para problemas tan triviales como dolores de cabeza o resfriados. No es sorprendente que mucha gente se haya vuelto adicta a él, incluyendo a Lewis Carroll. Sufría de terribles migrañas, y además era tartamudo, así que eso justificaba de alguna manera su consumo de Opio. En todo caso, Carroll, el creador de historias tan aparentemente inocentes como Alicia en el País de las Maravillas era un adicto, y no solamente al opio, sino a los hongos alucinógenos y a la marihuana. No es extraño que se le ocurrieran cosas tan extravagantes como una reina decapitadora, un gato fantasmal y esos terribles gemelos cantores.
 
6) Edith Piaf y… ¿todo?


En 1951 sufrió un accidente automovilístico que la dejó con un brazo fracturado y varias costillas rotas. Tuvo otros accidentes, y los médicos siempre la llenaban de drogas (o ella las solicitaba, eso nunca lo sabremos). Se volvió adicta a la heroína, a varios tipos de somníferos y al alcohol. Sin embargo, seguía cantando y subía al escenario sin importar las condiciones en que se encontrara. Una gran cantante, sin duda.
 
7) Faulkner y el Alcohol
Bueno, no solamente Faulkner era adicto al alcohol. Dentro de esta categoría hay muchos escritores. Dentro de los que acompañaban a Faulkner en su gusto por las bebidas espirituosas estaban Fitzgerald, Hemingway, Dylan Thomas, Edgar Allan Poe, Sinclair Lewis, Dorothy Parker y muchos, mucho más.
 
8) María Callas y la metacualona
La gran cantante de ópera era, también, una gran adicta a este medicamento, cuya poderosa acción sedante la mantenía en un perpetuo estado de somnolencia, y que finalmente impidió que su carrera como cantante se prolongara todo lo que debía.
 
9) Truman Capote y todas las drogas inventadas por el hombre


El fantástico autor de A Sangre Fría era, además de alcohólico, un entusiasta experimentador de diversos tipos de drogas. Finalmente murió de cirrosis, pero aún estando en su lecho de muerte se las arregló para consumir enormes cantidades de barbituratos, diazepam (Valium), fenitoína y varios tipos de analgésicos.
 
10) Humphry Davy y el Óxido Nitroso
Davy era un renombrado químico de los 1800s, lo cual explica que tuviera acceso al óxido nitroso, el popular gas de la risa. En una ocasión, inhaló tanto óxido nitroso que estuvo inconsciente por horas. Siguió utilizándolo (con fines científicos, por supuesto). Declaró que era mil veces mejor que el alcohol porque, entre otras cosas, no dejaba ningún tipo de resaca. En sus cuadernos de notas, supuestamente reservados para trabajos científicos, comenzó a escribir poéticas descripciones del gas, diciendo que el óxido nitroso era tan maravilloso que debía ser el aire del cielo.
Fuente
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LA ESCENA DE LA LOCURA
 
HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA MÉDICA (GREGORY ZILBOORG)
El JURAMENTO HIPOCRÁTICO no es meramente una formulación solemne de las altar normas éticas de un gran médico, ni tampoco su propia concepción original, sino más bien la expresión de una tradición que los seres humanos dolientes habían impuesto a sus curadores. A través de los siglos la norma de esta herencia compulsiva ha sufrido molificaciones. En el siglo IX, el gran médico de Bagdad, Rhazes, recapituló los criterios para distinguir un buen médico y, no obstante de ser oriental, reflejó claramente el espíritu de los padres griegos de nuestra medicina europea. Rhazes previno al paciente contra un médico interesado por la poesía y la música (agregaría adicción al alcohol y otras drogas) pues opinaba que la mente de un médico debe permanecer en la medicina, y solo en ella. Hoy día nos sentimos inclinados a sospechar de la habilidad e integridad profesional de un médico si toma parte activa en la política o escriba novelas.
 
LO INVITO A ESTE LINK
LA ESCENA DE LA LOCURA
 
LUCIA DI LAMMERMOURR (IL DOLCE SUONO)
 
SU AMIGO
Dr. Pablo Albán

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