viernes, 19 de marzo de 2010

Chiappo

Leopoldo Chiappo, humanista generoso y amante de lo bello

Por: Francisco Miró Quesada C*
Viernes 19 de Marzo del 2010

Conocí a Leopoldo Chiappo en Chosica. Yo tenía 8 o 9 y él apenas 4. Era hijo de Florencio Chiappo, dueño del Hotel de la Estación, llamado así porque quedaba delante de la estación del tren que arribaba desde Lima o bajaba de la sierra. Don Florencio estaba casado con la señora Galli, cuya belleza competía con la de las mujeres más lindas de aquellos años.

Durante los meses de invierno, con mi padre, madre y hermano mayor, nos alojábamos en Chosica, en el hotel de los Chiappo, pues mientras en Lima los altos niveles de humedad y el cielo nublado hacían la permanencia insoportable, en la pequeña villa el sol resplandecía a diario.

Don Florencio y su esposa tuvieron muchos hijos, no recuerdo a todos aunque sí los nombres de algunos: Ronaldo, Yolanda, Florencio, Leonardo y, por supuesto, Leopoldo, mi amigo.

Dejé de verlo algunos años para reencontrarlo en San Marcos, donde estudiaba filosofía y psicología. Fue uno de mis alumnos más brillantes. Nuestra amistad se hizo más cercana y teníamos largas conversaciones sobre variados temas, algunas veces sobre mujeres, a quienes Leopoldo admiraba apasionadamente.

Pasó el tiempo y nos volvimos a encontrar en la Universidad Cayetano Heredia. Allí yo enseñaba Introducción a la Filosofía y Leopoldo Psicología en nivel superior, así como otras disciplinas relacionadas con la literatura. Al poco tiempo fue elegido decano de la Facultad de Psicología y llegó a ser vicerrector.

Chiappo escribió muchos libros. Citaré los que, según mi criterio, son los más importantes, entre ellos "La psicología del amor", "Dante y la psicología del infierno", "Psicopatología", y "Escenas de la comedia".

Consideraba que "La divina comedia" de Dante era la mejor obra literaria de todos los tiempos. La leía y releía diariamente durante largas horas. Y, a pesar de su gran extensión, llegó a saberla íntegramente mostrando una memoria prodigiosa. Lo visitaba con cierta frecuencia y me decía: "Di una palabra que esté en alguna parte de la "Comedia" para ver si la encuentro". Le decía "Ugolino" y, sin vacilar, respondía: páginas tales o cuales. Pero además de leer la "Comedia", escribía ensayos sobre ella y los enviaba a algunos especialistas italianos en la materia.

No pasó mucho tiempo para que llegara a ser considerado uno de los intérpretes de la obra de Dante más importantes del mundo. Su nombre empezó a figurar en todas las enciclopedias dedicadas a "La divina comedia", que en Italia no son pocas. Además recibía cartas de especialistas en la materia, que le consultaban sobre aspectos del poema. Leopoldo Chiappo, debido a su increíble conocimiento de esta obra cumbre de la literatura italiana, llegó, así, a ser uno de los escritores peruanos más famosos en el país de Leonardo da Vinci. Fue miembro de la Azzociazioni Internazionale per gli studi di Lengua e Letteratura Italiana y de la Dante Society of America. Sin duda ha sido uno de los intelectuales más importantes de la segunda mitad del siglo XX.

El gran dantiano fue casado en segundas nupcias con Hilda, mujer bella y comprensiva, que siempre lo alentó en su obra.

Así fue Leopoldo Chiappo, intelectual brillante, hombre comunicativo, generoso y amante apasionado de la belleza y de la vida.

(*) Director general



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