martes, 14 de diciembre de 2010

Erizos

COMANDANTE GENERAL DEL EJÉRCITO, PAUL DA SILVA, NIEGA ROTUNDAMENTE VÍNCULOS CON EL NARCOTRÁFICO Y AMENAZA CON INICIAR ACCIONES LEGALES CONTRA EX EMBAJADOR MCKINLEY

Ejecutivo se eriza por cable de WikiLeaks

14 de Diciembre del 2010

 

      

LIMA | Como era de esperarse, los últimos cables secretos del Departamento de Estado de Estados Unidos difundidos por la web WikiLeaks sacudieron los cimientos de las Fuerzas Armadas de nuestro país y de Torre Tagle, luego de que involucraran al recién designado comandante general del Ejército, Paul da Silva.

Como se sabe, el más explosivo fue el "wikicable" 196642, redactado el año 2009 por el entonces embajador de EE.UU. en nuestro país, Michael McKinley, quien citaba versiones de un informante -que se presume sería militar- al que no identificó.

Puntualmente, el diplomático comunicaba a Washington que Da Silva coordinaba envíos de droga camuflados en pescado junto al ex director de la Cámara de Pesquería de Piura Rolando Velasco Heysen. Sustentaba su versión en una supuesta reunión en la que también habría participado el general EP (r) Edwin Donayre.

CONTRAATAQUE. Luego de esa explosiva revelación, no pasaron ni 24 horas para que Da Silva convocara a una conferencia de prensa de emergencia en el Pentagonito. Molesto y en voz alta, el militar rechazó cualquier relación con el supuesto envío de droga.

"Ése es un cable de infamia que pretende manchar la imagen del Ejército y no lo vamos a permitir (...) Solicito que el Ministerio Público haga una investigación al respecto", expresó.

Sobre el encuentro con Velasco Heysen, señaló que la cita se realizó con autorización del entonces comandante general del Ejército, Edwin Donayre, y tuvo como fin informarse sobre la venta de alimentos marinos para la tropa.

Da Silva fue más allá y amenazó con iniciar acciones legales contra McKinley, hoy destacado en la embajada de EE.UU. en Bogotá. "La pregunta es: ¿qué fuentes militares le han proporcionado esta mentira? Me estoy reservando el derecho de denunciar penalmente al embajador norteamericano (...) Él ha sido el promotor de esta infamia", indicó.

"Me voy a asesorar con la parte legal de la institución, previa autorización del Ministerio de Defensa, para denunciar a McKinley", agregó.

THORNE INVESTIGARÁ. Casi en simultáneo, y desde Palacio de Gobierno, el ministro de Defensa, Jaime Thorne, también se pronunció por el "bombazo" de WikiLeaks e intentó poner paños fríos al descartar que la red de corrupción de Vladimiro Montesinos sobreviva en el Ejército.

Además, remarcó que pese a la información recogida por la embajada de EE.UU. en Lima, no hay evidencias de que altos mandos reciban beneficios del narcotráfico, pero adelantó que se iniciará una investigación.

"No tengo ninguna evidencia de ello, pero le aseguro que tomaremos acciones porque eso no lo voy a permitir. De existir algún nexo de los oficiales o de la gente del Ejército con el narcotráfico, eso será severamente sancionado", afirmó tras saludar la disposición de Da Silva a ser investigado.

La respuesta de Torre Tagle fue también altisonante. Así, el canciller José Antonio García Belaunde mostró su preocupación porque McKinley nunca le informó al Perú sobre el supuesto vínculo entre altos mandos de las Fuerzas Armadas y el narcotráfico.

"Lo que sí les puedo decir es que me sorprende que esa información no haya sido transmitida al gobierno peruano. Yo puedo decir, como canciller, que en las múltiples ocasiones que conversé con el señor McKinley nunca se trató este tema y nunca lo mencionó", contó.

"Yo quisiera que llamen a la embajada de E.UU. en Bogotá y que (McKinley) desarrolle más esa opinión. Yo no pienso juzgar lo que opine un señor en un documento que se supone reservado y sabe Dios con qué fines. WikiLeaks es un gran chismorreo (..) hay demasiado chisme y poca carne", aseguró.

Rechaza apoyo a las ONG El vicepresidente Luis Giampietri mostró su preocupación al enterarse -a través de los cables de WikiLeaks- del sustento económico que Estados Unidos y la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo (AID) ofrecen a varias ONG "defensoras de derechos humanos" que litigan contra las Fuerzas Armadas. Giampietri reveló que antes de que se divulgue esta información, expresó a McKinley y a la secretaria de Estado de EE.UU. su incomodidad, pues el IDL y Justicia Viva favorecían a personas vinculadas con grupos terroristas. "No tengo ninguna duda de que es así, a pesar de que el señor Carlos Rivera, del IDL, cuestiona a la fuente de esta información, el director de Inteligencia Nacional, almirante Julio Raygada", sostuvo.



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