sábado, 24 de abril de 2010

Recontra conspirativo que da pena.

AY!!!!! Evo sigue haciendo de las suyas. Siempre tan conspirativo como ignorante y desinformado y deformado.
 
 
¿Evo + hormona en el pollo = Eva?
Mirko Lauer

El discurso de Evo Morales en una cumbre ambientalista en su país viene cosechando algunas justificadas burlas en los medios del mundo. El núcleo de su planteamiento es atendible: hay contenidos en los alimentos que pueden afectar negativamente a quien los consume. Pero los ejemplos y los efectos elegidos son harto discutibles, y la forma de plantearlo directamente cómica.

Lo que más hilaridad ha causado es la idea de que las hormonas femeninas en el pollo industrial producen homosexualidad. No es una idea nueva. Es más o menos lo mismo que en otros tiempos se decía, por ejemplo, sobre los cigarrillos con mentol, algo que también se afirmaba del cloro en el agua potable. Ahora Morales comparte ese miedo al contagio de lo gay, ya no chupando mentolados, sino huesos de pollo.

Algunas burlas han sido sangrientas. En La Vanguardia de Barcelona Pilar Rahola comenta: "La malvada desviación carnal de los hombres que aman a los hombres no es el resultado natural de su orientación sexual, sino de la conjura judeo-yanqui-transgénica contra los pueblos indígenas, cuya alimentación con quinua los salva de caídas de pelo…".

Sin duda son tiempos de homofobia en el poder (a eso equivale pensar en la homosexualidad como una enfermedad). Un importante obispo católico acaba de declarar, con interesada ignorancia, que es el homosexualismo el que está detrás de la pedofilia. En este caso no ha habido burlas sino indignación adicional a la que ya producen los escándalos del momento.

Morales le ha hecho un flaco favor a la seria lucha que muchos sectores han emprendido contra los transgénicos, y al ambientalismo en general, al ubicar este tipo de preocupaciones válidas en la esquina de las leyendas urbanas más pintorescas. La experiencia andina con la satanización de la hoja de coca, que llega hasta el comentario racista, debería haberle enseñado algo.

En la primera euforia revolucionaria el Che Guevara comparó una cola producida en Cuba con el jarabe para la tos. Morales acaba de lanzar Coca Colla, una gaseosa energizante en base a la hoja de coca. Es probable que pronto empiece a avanzar otra leyenda urbana sobre el contenido y los efectos del nuevo producto, cuyo éxito comercial todavía está por verse.

Está claro que Morales ha querido hacer sobre todo un aviso de servicio público. Pero hubiera podido limitarse a desaconsejar el consumo masculino de hormonas femeninas en el pollo, y presentarlo como una práctica saludable. En cambio ahora como presidente parece al borde de una cruzada contra las hormonas, los pollos, los homosexuales y los calvos.

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