El carácter autoritario
La Escuela de Frankfurt fundada en los años 30 por los filósofos Max Horkheimer, Theodor W. Adorno y Herbert Marcuse estimaba que la sociología no era ni una ciencia natural, ni del espíritu. En tanto "teoría crítica" está relacionada con las instituciones humanas, que una vez creadas se independizan de sus autores, que luego las perciben falsamente como "naturales".
Los científicos sociales que tuvieron que emigrar de la Alemania de Hitler se propusieron asir la entraña de lo que los había desterrado, es decir, la estructura político-psicológica de sus perseguidores: los nazis y sus simpatizantes. El equipo dirigido por Adorno tradujo las tesis centrales sobre el antisemitismo a expresiones coloquiales. Estas fueron revisadas empíricamente para determinar su idoneidad como indicadores de medición de actitudes enraizadas. De esta forma se obtuvo un instrumento para evaluar indirectamente el potencial autoritario de los investigados y la propensión a ser seducidos por la propaganda fascista.
Mediante una serie de procedimientos empíricos se obtuvo un material con el que se constituyeron tipos y síndromes. Se cristalizaron diferentes variantes de la personalidad autoritaria (el convencional, el rebelde, el psicópata, el chiflado y el manipulador), así como la versión opuesta, la del carácter relativamente libre de prejuicios (el rígido, el beligerante, el impulsivo, el desenfadado, libre de prejuicios y el liberal genuino).
Las tendencias autoritarias resultan de la "debilidad del ego". Cuanto menos capaces sean las personas de llevar una vida autónoma, cuanto más tienden a refugiarse en la protección de "grupos" y de sus líderes. En las crisis agitadores pueden convertir en sus seguidores a ejércitos de empleados, encaminando sus agresiones contra las minorías y contra "potencias foráneas". La disposición autoritaria —el síndrome de la bicicleta: agachándose arriba y pateando abajo— no se circunscribe a ningún lugar social. Son individuos de diversas nacionalidades, capas sociales y culturales, así como miembros de partidos de derecha o de izquierda. Por esta razón pudo continuarse en los años 40 en EE.UU. el estudio iniciado en Alemania sobre tendencias autoritarias. Los estudios sobre prejuicios editados por Horkheimer muestran lo que puede lograr la investigación social orientada en el psicoanálisis.
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