lunes, 7 de marzo de 2011

Biografia de PPK

PPK: Biografía escrita por él mismo
Jueves, 30 de Septiembre de 2010
 
Nacimiento e infancia

En cuanto a mi infancia, no fue una infancia clásica de un chico nacido en Miraflores,
yendo al colegio y regresando a su casa al final del día a comerse su lonche.

Yo nací aquí, en la Clínica Delgado, el 3 de Octubre del '38, un día fatídico,
porque fue el día del golpe en el Callao, en el que llegó a la presidencia Odria y
fue el día del golpe militar 10 años después.

En el primer golpe, mi papá terminó preso casi un año porque era jefe de un
grupo de médicos en el Ministerio de Salud Pública, que trabajaban en el interior
del país, sobre todo en la Amazonía y en la Sierra, y que eran muy progresistas.
Eran admiradores de Haya de la Torre, que además era amigo de mi papá.
 
Mis Padres

Mi papá era un intelectual, un tipo muy bien preparado. Sacó su doctorado en
fisiología a los 22 años, en la Universidad de Berlín (en 1912). Luego, participó
en la Primera Guerra Mundial como Mayor o Capitán del ejército alemán,
en cuestiones médicas sobre todo. Terminada la guerra, hubo todo tipo de
caos en Alemania y él fue mandado a Rusia a establecer una facultad de medicina
en Minsk y luego en Omsk; o sea, él conocía muy bien el régimen ruso de Lenin
y luego Stalin.

A él siempre le interesó la investigación. Su primer libro, que es un clásico en
sociología médica, es un libro sobre los kyrgyz -que hoy están en Kyrgyztán-,
se llama "La estepa y el hombre" y es un libro que todavía se usa en algunas universidades. También estuvo en China un tiempo, siempre enviado por la Universidad de Humboldt
de Berlín; estuvo en Sierra Leona; y luego, en el año '29, fue en una misión a Brasil,
a trabajar en la eliminación de la fiebre amarilla, para la cual un grupo de médicos
logró una vacuna que es muy importante hoy.

Luego vino Hitler y él (mi padre) se fue de Alemania. Se fue un tiempo al Instituto
Marie Curie en París, que era un instituto de gran investigación médica.
Pero él siempre fue un hombre del campo y vino una invitación de su amigo, Carlos
Enrique Paz-Soldán, aquí en el Perú, para que él viniera al país, en el que había
muchas cosas que hacer. Llegó aquí en el año '36, después de haber estado en
París y en Venezuela, y se instaló en lo que es hoy el Museo de Arte de Lima,
que era un laboratorio en el Paseo Colón, que estaba en total desuso y lleno de
monos "que tenían el control de ese local".

Entonces, él dijo "Yo me voy de aquí, yo tengo que hacer algo más interesante"
y se fue a Iquitos a establecer un esfuerzo de control de enfermedades tropicales.
Por eso, el reciente laboratorio que ha inaugurado el Ministro de Salud, conmigo
ahí (en Iquitos), se llama el Laboratorio "Max Kuczynski".

En Iquitos, todo el mundo le habló de la lepra y se fue entonces al leprosorio
de San Pablo, que queda a tres días en peque-peque de Iquitos o a tres horas
en helicóptero; no está tan cerca, está casi en la frontera de Brasil y el Perú,
cerca de Caballococha. Este leprosorio es el mismo que aparece en la película
"Diarios de motocicleta"; lo que pasa es que llegar ahí en motocicleta es muy
difícil porque no hay pistas y hay que llegar en lancha o en peque-peque (una
especie de deslizador con motor trasero).

Mi padre llegó al leprosorio y los leprosos estaban todos en jaulas y había el mito,
que persistía, de que era una enfermedad muy contagiosa; y lo es después de
un contacto prolongado, pero después de darle la mano a una persona con la
enfermedad de Hansen no pasa nada. Y cuando yo fui al leprosorio –años después-
con mi hijita -que en ese momento tenía seis años-, yo le dije que ella podía
darles la mano.

Según un libro del enfermo más antiguo, que murió hace poco a los cien años,
lo que hizo mi papá fue: Llegó ahí, demolió las jaulas, dijo "aquí se cambia el
esquema" y "aquí lo que tenemos que hacer es prevenir esta enfermedad".
Entonces, con la ayuda del ministro de esa época, Constantino Carvallo, un
famoso Ministro de Salud, él (mi padre) se paseó por toda la selva, viendo si
había chicos que tenían lepra y los fue trayendo a San Pablo a aislarlos, pero a
que vivieran y trabajaran juntos. Y claro, luego vinieron las drogas sulfa que
permitieron eliminar la lepra -la lepra en el Perú no existe, sólo hay algunos casos.

Viví una parte de mi infancia en Iquitos, porque estuvimos ahí un par de
años (1942 y 1943, cuando yo era muy chiquito).
Mi mamá venía de Ginebra, había sido profesora de literatura y se encontró
con mi papá por el año '33 ó '34; y él le dijo: "Yo quiero ir a América Latina;
cásate conmigo. Vamos." Y pues, ella siendo una francesita muy "literaria" de
Ginebra, esto de ir al Perú era una locura total. Al final ella se casó por poder,
porque su papá no la dejaba viajar hasta allá sin estar casada (eran épocas
antiguas).
Estuvo aquí en el '36, me tuvo a mí en el 38, a mi hermano en el '41 y
en el '42 y '43 estuvimos un tiempo en Iquitos. Yo era muy chiquito y casi
no recuerdo nada, salvo que vivíamos cerca del río y, claro, mi papá no
estaba mucho ahí porque tenía que ir al leprosorio.

Mi Infancia en Lima

Después, regresamos a Lima y él trabajaba en el Ministerio de Salud Pública
y no había plata, porque los sueldos del sector público en esa época eran muy
bajos (igual que ahora). Y cuando estuvimos en Lima, él se orientó más hacia
los Andes: Hizo varios estudios en Puno, en Cusco -él conocía muy bien el
interior del país-; estudios de lo que hoy se llama "medicina social", que era
algo muy desacreditado en esa época por la Escuela Norteamericana de
Medicina, pero había algunos restos de esta idea de "medicina social" que
venían desde antes. Hay una amplísima correspondencia entre él y Siegerist
(un alemán profesor de medicina en John Hopkins) sobre todo este tema.

La medicina social es el estudio de cómo la pobreza y la migración afectan
la salud de las personas y viceversa. Hoy es algo que está, nuevamente,
muy en vista, todas estas epidemias de la gripe asiática han vuelto a poner
este tema en primera plana.

De chico, vivíamos "de casa en casa", porque no había plata. Entonces,
vivimos un tiempo en la Av. Arenales; en la calle Jorge Chávez en Miraflores;
vivimos en una de las primeras casas en San Antonio (que existe todavía).
 
Mis Estudios

Un tiempo después, murió mi abuelito en Ginebra; mi mamá heredó un
poquito de plata y compramos una casa -que existe todavía aquí en Santiago
de Surco- en una calle cortita de media cuadra. Ahí me mandaron al colegio,
al Markham. Al principio, -como vivíamos esta vida un poco nómada- me
mandaron de interno (cosa que hoy no existe en ese colegio), y era un
internado muy duro. Ahí estaban todos los arequipeños, los tarmeños,
los hermanos Otero (que eran de Iquitos, yo era "medio" de Iquitos);
y estaban todos los chicos que vivían en Talara, donde estaba la IPC.
Y hasta hoy, varios de ellos son mis amigos.

En el año '53, se enferma mi mamá y nos mandan a un internado en
Inglaterra -a mi hermano y a mí-, en un colegio semi-militar bien duro
en el norte de Inglaterra. Ahí estuve tres años y entré con una beca a la
Universidad de Oxford, pues no teníamos la plata para pagar eso y me
fue re-bien. Terminé muy temprano la universidad.

Yo fui mal alumno cuando era chico, hasta los 10 años; de ahí no sé qué
me pasó, pero me transformé en buen alumno. Hay que preguntarle a
Pancho Pardo a ver si yo era el primero de la clase o no, pero estaba por ahí.
Todo esto en el Markham, estuve 7 años ahí. Yo creo que lo que me hizo
despertar fue que mi mamá, en el '48 -cuando mi papi estaba preso-, se
fue a Suiza seis meses a ayudar a su hermano que era médico también,
uno de los líderes en la medicina psicosomática -La medicina psicosomática
es el estudio de cómo tus preocupaciones afectan tu salud-. Estuvimos ahí
seis meses y nos metieron a un colegio público, Beuver, en Suiza, que era
de una calidad increíble. Y eso, por ejemplo, me hizo interesarme en la Música –
teníamos un profesor de música maravilloso- y a mi hermano lo hizo interesarse
en la Ciencia.

En el '53, nos mandan a Inglaterra (yo estuve tres años ahí), gané una beca,
entré a Oxford a estudiar lo que se llamaba "Política, Filosofía y Economía"
(PPE, por sus siglas en inglés); porque me dije: "Si estudio Historia o idiomas,
no voy a tener una carrera rentable" y yo estaba acostumbrado a no tener plata,
a vivir pobremente. Yo tengo todavía libros de cuentas en el que dice "gasté
10 centavos en esto, 20 en esto, etc.". Yo quería ser más auto-sostenible.
Gané una beca de literatura española y con eso entré a la universidad, pero al
cabo de dos trimestres cambié a este otro programa. En Literatura, estábamos
muy bien, en mi College en Oxford, que tiene estos colegios que datan de 1300
ó 1400. El profesor de Literatura Española era Salvador de Madariaga y con él
entré a ver un poco todo lo que es la Generación del 98 (Unamuno, Ortega, etc.).
Por eso es que algo de Literatura Española conozco, más de lo que aparento.


Pero, al cabo de seis meses me dije "vámonos a Filosofía y Economía".
Lamentablemente, habiendo en Oxford un sistema de tutores personalizados,
el tutor nos enseñaba directamente a cada uno de los de su clase.
Es un sistema "socrático" de diálogo con el profesor. No es como en una universidad norteamericana o aquí, donde el catedrático se sienta delante de 200 chicos y declama. Lamentablemente, en mi colegio, "Exeter", no tenía tutor de Economía, y el tutor de Economía que yo tenía era una persona dedicada al trago; entonces me dediqué más
a la parte filosófica y tuve dos grandes tutores, que eran Gilbert Ryle y William
Alston, que eran famosos filósofos de esa época.

Terminé mis estudios en Oxford y casi saco lo que se llama un "First Class Degree"
(que es un grado sobresaliente) y apliqué a una beca a Princeton. Y como no
había becas en el departamento de Economía, saqué una beca en lo que se
llama la Escuela Woodrow Wilson, que es una escuela de Política, Administración
Pública y Economía. Ahí me dediqué básicamente a preparar el doctorado en Economía;
pasé los exámenes al cabo de dos años y terminé ahí bien joven (a los 21 ó 22 años).
 
Mi Regreso al Perú

Con todos estos constantes viajes y observación de los contrastes entre distintos
lugares –Inglaterra, Suiza, Iquitos, Lima, el Perú, etc.-, se veían países muy distintos:
Suiza era un lugar súper próspero; Inglaterra, no, Inglaterra salía de la guerra,
había racionamiento de alimentos (te daban un huevo por semana en el colegio);
y Perú se veía un país más primitivo. Entonces, todos esos contrastes te hacen
pensar un poco y pones a tu país en comparación, digamos, con Suiza, porque
Inglaterra no se veía nada próspero. Pero uno no viajaba así de un día para otro:
a mí me mandaron a Inglaterra en el '53 y no regresé hasta el '59.

En el '59, mi papá -ya había fallecido mi mami- me dijo que quería que yo
trabaje y me mandó a una hacienda en el Cusco que era de unos amigos de él.
Y entre el '53 y el '59, vi a mi mamá antes de que muriera en una clínica en Suiza.
Yo estaba en el Norte de Inglaterra e iba una o dos veces al año en tren a Suiza;
no había nada de aviones en esa época; además el tren era un tren a vapor,
a carbón, no había los lindos trenes eléctricos que hay ahora.
Mi madre vivía aquí, en Perú, pero ya al final, se fue a morir en los brazos de
su madre, a que la trataran ahí; pues ella tenía un cáncer avanzado. Se fue a Suiza,
fui a verla y luego se murió.

En el '59, regreso aquí un tiempo y me voy a trabajar al Cusco como contador
en una hacienda. Era una época de mucha tensión en el Perú: Estaba el movimiento
de Hugo Blanco en la Convención; al capataz de la hacienda lo mataron cuando
yo estaba ahí; entonces, yo me llevé una impresión de mucha convulsión.
 
Nuevos Estudios en Princeton

Como ya tenía la beca en Princeton, me fui allá y terminé ahí. Fue una beca
que obtuve mediante examen que luego podría haberla aplicado a varias
universidades. En esa época, había control de cambios en Inglaterra; entonces,
si querías aplicar a Harvard, tenías que llenar un formulario inmenso para
conseguir los 15 dólares que costaba la aplicación. Princeton no pedía aplicación
para los que estaban fuera de EEUU y es por eso que aplique ahí. Luego,
también conseguí una beca en Standford, en North Western y me fui a Princeton.

En Princeton, terminé mis exámenes en Economía; saqué mi Magister en
Administración Pública; y nunca hice la tesis (o sea, no soy Doctor ni saqué
el doctorado en Economía), pero lo hubiera podido hacer si hubiera podido
dedicarle dos años a la tesis.
 
Mi Entrada al Banco Mundial

Entré al Banco Mundial (BM), en un experimento que hacía (el BM):
Quería preparar un programa para traer jóvenes, porque todos los funcionarios
del BM eran gente mucho mayor que habían tenido otra carrera.
La gran mayoría eran del Servicio Civil Colonial británico y holandés,
gente que había trabajado en Indonesia y/o en la India.
Pensaron que sería bueno llevar talentos jóvenes; llevaron primero
a un joven de "conejillo de indias", de "cuy", de este programa;
al año siguiente llevaron a otro y luego empezaron el programa en el año '63.

Yo era el tipo más joven que habían visto, tenía 22 años cuando entré ahí y
no sabían bien qué hacer conmigo. Entonces, me mandaron primero
a Chile a ver un problema que había en las minas de carbón Lota & Schwager,
que son unas minas que están debajo del mar (en la zona donde ocurrió
el terremoto), que están clausuradas hace tiempo.
Luego me mandaron a la Argentina, a ver un programa de reestructuración
de los ferrocarriles estatales: Había que cerrar líneas, había que ver cómo se
reorganizaba y había una misión muy grande de la cual yo era una especie
de secretario, hacía los números, y estuve sentado tres meses en lo que es hoy
el Edificio del Ministerio de Obras Públicas, que se encuentra en la Av. 9 de Julio,
en Buenos Aires. El Ministro era el Ing. Acevedo -una especie de magnate
argentino, dueño de haciendas. Fue muy interesante, aprendí mucho, fue un buen año.

Luego, el BM me encargó ver todos los estudios económicos para Centroamérica
y eso hice durante 4 ó 5 años. Recorrí Haití, República Dominicana, Guatemala,
El Salvador, Honduras y Panamá, el único sitio donde no pasé mucho tiempo
fue Nicaragua.
 
Mi regreso para trabajar en el BCR

En el Perú, mientras tanto, la gente del Banco Central -Carlos Rodríguez Pastor,
que era uno de los jóvenes talentos que había llegado ahí y Richard Webb,
le decían al presidente del BCR -que era Fernando Schwalb- que me trajeran.
En el año '66 me convencieron, dejé el Banco Mundial y le dije a mi esposa
nos vamos al Perú, y vinimos.
Yo me casé cuando tenía 23 años, mi esposa era irlandesa.
Duramos 30 años, pero luego me divorcié y me volví a casar.

Nos vinimos al Perú e inmediatamente entré en medio de una crisis financiera
a principios del año '67: El tipo de cambio estaba sobre-valuado, las finanzas
públicas estaban en desorden. Eran los finales del primer gobierno de Belaúnde;
y tuvimos, en un año, cinco Ministros de Hacienda, incluyendo a Raúl Ferrero
que era Premier y estuvo en el cargo, en Hacienda, un tiempo.
Después estuvo Francisco Morales Bermúdez, que era el Jefe de Economía del Ejército. Cuando Belaúnde lo nombró, dijo que era un General que sabía de Economía,
a lo que yo le dije que el Jefe de Economía del Ejército no se ocupa de Economía,
sino del Economato, que son los víveres, las compras, etc.

Nosotros estábamos muy cerca de Belaúnde, debido al esfuerzo que había hecho
Javier Otero -que era el Gerente del Banco Central durante un año- después entró
Carlos Rodríguez Pastor. E íbamos a ver a Belaúnde muy seguido porque no había
en el Ministerio de Hacienda una secretaría económica que pudiera explicarle al
Presidente lo que pasaba. La secretaría económica era el Departamento de
Estudios del Banco Central, que lo dirigía Webb; y yo dirigía la Asesoría del Banco
-todo esto lo recuento en mi libro llamado "Democracia bajo presión económica".
Y todo terminó un poco mal, tuvimos que devaluar a fin de Agosto, (para el día
de Santa Rosa de Lima). Ahí entramos un poco en temas políticos, porque había
que asegurarse de que esta devaluación iba a ser exitosa; para esto, había que
lograr que los sueldos de los trabajadores no subieran demasiado, pero quien
controlaba eso era el Sindicato del APRA, la CGT -que hoy casi no existe.
Ahí había que discutir con Negreiros, (que todavía está activo), y con Luis
Alberto Sánchez.

A mí me tocó, junto con Carlos y con Webb, explicarles a estos líderes
por qué había que ser conservadores en el gasto. Los Ministros de Hacienda
de Belaúnde (los anteriores), habían dejado un déficit importante, que había
que eliminar; había que hacer una reforma; había que poner un Impuesto
a la Renta que realmente cobrara, un Impuesto Patrimonial (que es, básicamente,
un impuesto a la propiedad raíz). Y al final logramos que, en el año '68,
el APRA nos diera los poderes extraordinarios para sacar esos impuestos.

A mí me tocó explicarle a Haya de La Torre –quien todos los inviernos se
iba a Europa- todo esto.
 
El Golpe de Estado del '68

Hicimos una refinanciación de la deuda, que parecía inmensa en ese momento,
800 millones de dólares, y ahí yo trabajé con Manuel Ulloa, quien fue el último
Ministro de Hacienda de Belaúnde , en ese gobierno. Fuimos por toda Europa
y logramos la refinanciación y esa fue una de las cosas que llevó al golpe del 68'.

Los militares creían que la refinanciación era plata "contante y sonante" y era
solamente una postergación de pagos. Vino el golpe, el resto de la alta gerencia
del BCR no estaba, yo estaba encargado y me llamó Velasco. Recuerdo que
puso la pistola en la mesa y me dijo "¿dónde está la plata?" a lo que le dije
"Mi General, ¿qué plata?" – "¿Cómo que qué plata? La plata que trajo Ulloa"-
dijo él. Lo que pasó fue que Ulloa era un hombre muy voluble, además
tenía ambiciones políticas. Así que, cuando regresó de Europa, con la
refinanciación hecha, dijo: "¡Yo traigo al Perú 800 millones de dólares!",
pero no había nada.

La pasamos mal con el gobierno militar porque no nos creían; además
veían a una alta gerencia del Banco Central súper juvenil -yo cumplí 30
años el día del golpe, Webb tenía uno o dos años más y Carlos, uno más-
y por eso, salió el Presidente del Directorio Civil que había y pusieron al
General Rodríguez Martínez que era una "figura" en el ejército. Había sido
Comandante General, un tipo muy pulcro y honesto. Al cabo de dos
meses, él hablaba igual que la gerencia del BCR: Él le iba a explicar a Velasco
que había que hacer esto o aquello. Al final lo botaron junto a Ángel Valdivia,
que era el General encargado del Ministerio de Hacienda, que hablaba también
como nosotros; por eso es que a nosotros nos veían como una especie de
"magos juveniles", unos "duendes" que estaban corrompiendo todo el
pensamiento militar. Y luego de que esto ocurriera en el '69, a nosotros nos
enjuiciaron, así como también a la mayoría de los ministros de Hacienda de
Belaúnde (entre ellos, Sandro Mariátegui) por cosas, absolutamente ridículas.
Sandro se pasó tres años en la cárcel, fue una de las víctimas de este golpe,
que aunque los resultados de su gestión no fueron buenos, era un tipo
súper dedicado y honesto.

Yo creo que el golpe mismo se debió a las ambiciones de Velasco, que
se hubieran podido parar, si el Presidente Belaúnde hubiera puesto a otro
de Ministro de Guerra; por ejemplo, al "Machote" Rodríguez, que era un tipo
que sí estaba más dentro de una onda democrática. Además, había una
influencia nazerista en el ejército –en el Medio Oriente trascendió mucho todo
lo que había pasado con Nasser, nacionalismo más estatismo-; eso era una
corriente que se veía en el CAEM (Centro de Altos Estudios Militares), donde
nosotros, como funcionarios del BCR, dábamos clases y se veía claramente
esa tendencia.
Todo eso llevó a lo que se llamó el "Plan Inca" y a toda la política económica
del gobierno militar, a la cual nosotros nos opusimos, por eso nos vieron
como un obstáculo y nos sacaron fuera del país.
 
Mi salida del país en el gobierno militar

Hay muchos que piensan que yo trabajé para el gobierno militar, pero no lo hice.
Yo era gerente del BCR y no tenía por qué irme, yo no era un funcionario político.
Así, nos fuimos del Perú, Carlos y yo, caminando, por las selvas del sur de Ecuador
(fue una expedición de unas tres semanas), llegamos a Guayaquil y de ahí nos
fuimos a EEUU.

Yo iba a regresar al BM, pero éste, por gestiones del gobierno para que yo no
pueda entrar ahí, me negó la entrada. Lucho Banchero, que era mi amigo, me
pidió que lo ayude a manejar la flota que tenía en Holanda, pero yo tenía a mi
esposa y a mis dos hijas aquí, porque no las dejaban salir.
Yo tenía que trabajar en algún organismo internacional que tuviera fuerza;
así que entré al Fondo Monetario Internacional; me hicieron Jefe de la zona de
Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador -que era un área muy complicada-;
y el FMI coordinó que dejaran salir a mi señora y mis dos hijas.

Yo nunca tuve ninguna frustración con el Perú, las tuve contra alguna gente aquí,
el gobierno militar, por ejemplo, que nos metió en un juicio que tomó muchos
años resolver. La Corte Suprema sentenció a favor nuestro y Velasco nos sacó.
Por eso, no fue sino hasta la época de Morales Bermúdez, al que yo conocía,
que por fin logramos una opinión limpia y pudimos regresar al país.
En los años '80, me pasó lo mismo, porque el gobierno de Alan no me trató bien,
me declararon un traidor, etc. Por un tiempo no pude regresar al Perú, pero
no le eché la culpa al Perú, se la eché a algunos elementos en el Perú, que es
un país muy político: éste es el país de las acusaciones, de las denuncias, etc.
Pero todo eso no me frustra y hay que tomarlo deportivamente. Claro que en
el momento te sientes un poco temeroso: A mí me vino a buscar la policía y
tuve que irme saltando la tapia por detrás para huir; y cuando Carlos y yo
nos fuimos de Chulucanas a la frontera con el Ecuador, ayudados por Mariana
Sheffer-una importante agricultora-, la policía nos estaba buscando en helicóptero.

También, hay que decir que, aunque yo detestaba el gobierno militar, no era
un régimen muy cruento, no era un régimen democrático, pero mató a muy
poca gente, no había muchos prisioneros políticos.
 
El legado de mis padres

La cosa principal que me dejaron mis padres es que uno siempre debe aprender algo;
nunca dejas de aprender; así que uno no puede decir: "Yo llegué hasta aquí, y aquí
estoy, y soy un genio". Cada año debes aprender algo nuevo.
Y también un sentido cultural internacional, porque mi mamá era muy literaria,
le encantaba la música; y mi papá era un investigador, un poquito parco,
pero un hombre muy generoso. Después del golpe del '48 hasta cuando murió,
veinte años después, trataba a sus pacientes gratis, tenía muchos amigos en la
sierra, en la selva, también gente de afuera de Lima. En eso era un hombre muy generoso.

No me preocupaba que tratara a la gente gratis, aunque pude notar, mirando su correspondencia, que él estaba preocupado por cubrir los gastos y siempre
buscaba la forma de salir adelante. Él, por ejemplo, logró un contrato con el
gobierno alemán para ver los reclamos de víctimas judías de la guerra.
Así, venían de Argentina, Bolivia, Chile aquí a su consultorio para que los evaluara físicamente y determinara si había un reclamo válido o no.
Él vivía mucho de eso y también era el doctor oficial del colegio Markham.
Pero él no tenía ingresos significativos; nada importantes comparados con lo
que se gana hoy siendo un buen médico.
 
Mi trabajo fuera del Perú

Los años 70 estuve fuera del país: Estuve un tiempo en Nueva York; otro tiempo en Washington; regresé un tiempo al BM; y en Nueva York había una crisis tremenda en esos tiempos, era un lugar muy pobre. Ahí busqué otra cosa y me contrató Alcoa S.A., la compañía de aluminio, para que yo le armara un proyecto de una mina grandísima que había en África (en donde yo tenía experiencia financiera); era un país francófono –yo hablo francés- y querían a alguien que no fuera americano, porque en ese país no dejaba entrar a los americanos. Me pasé tres años y medio organizando este proyecto que empezó a andar justo al final de esto.
Mi apoyo al gobierno de Belaúnde y la persecución de Sendero Luminoso

 

Yo había mantenido siempre una relación buena con Belaúnde, que vivió en Washington varios años. Y me dijo que lo ayude en su campaña. Yo venía del África y nadie pensaba que él iba ganar la elección, pero la ganó al no participar en la Constituyente, pues dijo que él no tenía nada que ver con ese gobierno que se acababa.

Él nos ofreció a Carlos, a Webb y a mí, puestos. Webb se fue al BCR, Carlos no quiso regresar y yo dejé mi ex trabajo y me fui al Ministerio de Energía y Minas en donde estuve dos años, que fueron años interesantísimos. Claro que no rompimos el esquema que nos habían dejado los militares: compañías estatales, etc. Empezamos un poco a cambiar eso, pero la privatización no estaba "de moda" en el mundo; Margaret Thatcher todavía no había hecho su primera privatización.

En el '82, me fui porque Sendero Luminoso estaba contra mí, colgaron mi efigie en el zanjón, y esto porque yo era un personaje bien conocido en esa época. Entonces, me fui y me pasé diez años en Nueva York, en un banco de inversión donde yo era presidente de la parte internacional; fue una experiencia interesantísima. Básicamente lo que hice ahí era desarrollar mercados emergentes que no existían en ese momento: China, yo hice el primer fondo en ese momento; el primer fondo en Taiwán, el primer fondo en Corea; luego, trabajamos mucho en España, que era un país muy pobre; hicimos la primera emisión del Santander en Nueva York; la primera colocación del Banco Central, que hoy ya ha sido absorbido por el mismo Santander; vendimos los activos de Romasa, que era una cosa complicadísima. Armé un buen equipo en España y empezamos a hacer las primeras privatizaciones en Grecia, en Israel; y luego, cuando América Latina empezó a recuperarse, empezamos a trabajar aquí. Pero mientras tanto, yo daba asesoría al gobierno de Venezuela, Arturo Sosa era su Ministro de Hacienda -un gran amigo-; y asesoré a Brecer Pereyra que era el Ministro de Brasil. Y luego, a fines de los ochenta, hicimos las primeras emisiones latinoamericanas en Nueva York, Vitro y otras.
 
Mi regreso para trabajar por el Perú

En el '92, cuando mi trabajo consistía en constantes viajes a Japón y demás lugares,
cuando ya me empezó a afectar la salud tanto viaje, me salí y pensé en estar más
cerca del Perú y me dije que de repente podría irme a Miami. Me mudé allá y fundé
un Fondo que lo levantó mi esposa, que es gestora de Fondos.
Un Fondo donde los principales inversionistas eran grandes universidades,
-liderados por la Universidad de Harvard- para hacer inversiones en compañías
en América Latina. Fue un Fondo que funcionó bien, tenía muy buenos colegas:
Incluyendo un peruano, Fernando Montero, que había sido mi sucesor cuando dejé
el Ministerio de Energía y Minas y Eduardo Elejalde, que trabaja en Colombia.
 
Mi trabajo como Ministro de Economía en el Gobierno de Toledo

El Fondo duró nueve años y, en el 2001, yo ya tenía un pie en el Perú:
Había comprado un departamento aquí; era el presidente de EDELNOR,
que era la eléctrica privatizada, era su presidente de Directorio.
A fines del 2000 me llamó (Alejandro) Toledo -a quien yo no conocía-
solicitando mi ayuda para su campaña, a lo que pregunté
"¿quién iba a estar en dicha campaña?": Iban a estar Toledo y Lourdes (Flores);
entonces me dije que podría apoyar a Toledo. Y él anunció en el CADE
(en Enero del 2001) que yo iba a ser el "Jefe" de su equipo económico, de la
parte económica de su campaña. Muchos se sorprendieron por mi apoyo a
Toledo, pero yo creía que Lourdes no iba a ganar y que sería mejor "rodear"
bien a Toledo.

Así, el equipo de Toledo era un equipo bien "heterogéneo": Estaba "el pibe"
Dancourt, que era "zurdo" (de izquierda); J.J. Martins, que era más bien
derechista; yo en el centro; y Court Burneo, que era considerado un izquierdista.
Logré que este equipo trabajara bien; hicimos un plan, que fue el que se aplicó.
Luego, Toledo me pidió que sea su Ministro de Economía, pero eso me lo
pidió en Febrero o Marzo del 2001. En otras palabras, yo llegué al Ministerio
habiendo pasado la mayor parte de la gestión del gobierno de Valentín (Paniagua)
como Ministro de Economía.

Sin embargo, heredamos algunas "papas calientes" y algunas cosas buenas:
"El gordo" Silva Ruete había creado el SNIP, él es un tipo muy ordenado y
disciplinado en el gasto, por eso el déficit que era gigante, lo había reducido;
pero la recesión era tremenda: El Perú llevaba tres años y medio sin crecimiento;
el índice de pobreza había subido; había que darle un empujón a la economía.
Los primeros cinco meses, eso es lo que hicimos: Aumentamos el gasto.
Tratamos de que, a partir de una política Kenesiana, se reflotara la economía,
pero lo que yo dije fue que teníamos que crear confianza, no podíamos seguir
peleándonos con el Fondo Monetario (FM). En ese momento, en el Perú, el FM
tenía un poder inmenso.

Sin embargo, en el Congreso, muchos dijeron que cómo era posible que el
FM pueda imponer estas condiciones, etc. hubo unas tremendas batallas ese año.
Pero en ese primer año hicimos algunos cambios importantes:
Yo no soy de sacar más y más leyes; le dije a Beatriz Merino, que era Jefa de
la SUNAT, que debíamos tener metas de recaudación ahí, y que a través de la
SUNAT iban a haber algunos cambios reglamentarios:
Se creó el Sistema de Retenciones de Tracciones, que no requirió de ninguna
ley importante (era una ley de solo un artículo); y ahí empezó la mejora
sustancial de la recaudación en el Perú que se había venido a menos con
el RUC sensible, el favoritismo, la desmantelación de la SUNAT que hubo al
final del gobierno de Fujimori.
Cuando entramos al gobierno, la recaudación era muy baja (era el 12% del PBI);
y propuse como meta que debíamos llegar a 16% al final de este gobierno,
ocupándonos del IGV, de formalizar la recaudación.
Y durante el gobierno de Toledo, se llegó a tener 3 millones de contribuyentes,
cuando empezamos con uno.

Me retiro al final del primer año, porque tenía, de nacimiento, una válvula de
la aorta defectuosa y me tenía que operar; y toma la posta Javier (Silva Ruete)
como Ministro de Economía, pero él es bien avaro y no le daba a Toledo lo que
él quería. Incluso Javier logró que en el año en el que él estuvo no se le diera
aumento a los maestros; mientras que a mí no me preocupaba el darles el aumento;
porque siempre he seguido una política –en todo lo que hago, pero sobre todo
en el Ministerio de Economía-: "Veamos lo que es importante y no nos peleemos
por lo que no lo es". Por eso, a mí me parecía que el tema del aumento a los
maestros era un tema importante y que no nos iba a desmantelar las finanzas públicas. Acepté eso y acepté muchas cosas, tanto que hubo gente que creía que yo era
demasiado "mano amplia". Incluso, Lucho Carranza y Patricia Teullet se fueron
por eso, porque pensaban que yo era demasiado generoso.
Hasta Toledo pensó eso, porque cuando hubo las huelgas médicas, Pilar Mazzetti
y yo negociamos con los médicos y las enfermeras, y se logró cambiar un poco
el esquema para que los contratados fueran a planilla y no fueran médicos
que "están en el aire", pues siempre les he tenido simpatía a los médicos (porque
mi papá también lo fue) Al final todo salió bien y no se habló más de la huelga de
los médicos.

Yo siempre he tratado de ser optimista, sin ser artificial o ingenuo.
Siempre he tratado, como Ministro, de dar una impresión favorable,
de no cambiar las reglas del juego, pero sí ser favorable.

Se hicieron dos cosas muy importantes a principios del gobierno de Toledo,
en las cuales yo insistí: Una, fue un cambio a la ley de MiVivienda, para permitir
que las becas sean uniformes y vendibles, porque como estaban hasta ese momento,
los bancos no podían vender las hipotecas, deshacerse de ellas; entonces,
no había ningún futuro para el financiamiento de vivienda. Se hizo un cambio ahí
que es el que ha permitido que MiVivienda surja y ahora se financie en el mercado privado.
Y el otro cambio, era que se hablaba mucho de las tarifas eléctricas.
Alan (García), en su campaña del 2001, habló mucho acerca de que había que bajar
las tarifas, entre otras cosas. Ahí lo que hice fue tomar una vieja ley que estaba
desde mi época como Ministro de Energía y Minas, (pero que Fujimori había eliminado)
la del subsidio cruzado: O sea, hay pocos ricos –incluyendo fábricas- que consumen
mucho y un montón de pobres que consumen poco.
Si tú le quitas algo a los que consumen mucho (poniéndoles un sobrecargo),
vas a poder darles un subsidio muy grande a los que están abajo, y eso es lo
que se hizo. Al principio hubo una oposición terrible del MEF respecto a esta idea,
pero con Cecilia Blume hicimos una buena ley -que rige hasta el día de hoy- y
ha permitido, en parte, que no se hable más de las tarifas eléctricas en el Perú.
Eso bajó mucho la temperatura, eso venía de mi experiencia en EDELNOR.
 
El proyecto Camisea

El 2003, yo estuve fuera del gobierno, hice algunas consultorías.
Una de ellas era HUNT, por la que me critican un montón: Dicen que
yo firmé los contratos de gas, que yo diseñé los contratos de gas.
Cuando lo único que hice fue explicarle a HUNT cómo podría financiar
este proyecto, porque el Accent Bank en EEUU, por falsas razones ambientales,
dijo que no podía financiar a TGP; pero TGP ya estaba construyendo el ducto.
Yo los ayudé a levantar la plata en el mercado local, aquí, con las AFP's y
los bancos; y a HUNT le diseñé una estrategia para su proyecto, que es el
proyecto que se ve ahí. Por eso ahora dicen que yo fui el arquitecto de la
exportación del gas y pienso que esas son tonterías; porque lo único que fui
fue ser un gestor técnico, que ayudé a hacer este proyecto, que si no
hubiera estado ahí, no habría Camisea.
El otro gestor importante fue Jaime Quijandría. Los dos estamos en el
banquillo de acusados por gente que simplemente no entiende los beneficios
de Camisea, que son inmensos: Porque el gas en el Perú es gas mojado,
tiene muchos líquidos; estos valen cinco veces más que el gas y han
permitido que el Perú que era deficitario en su cuenta petrolera en más
de mil millones de dólares al año, esté hoy equilibrado. Eso es lo que
ha logrado Camisea. Además dicen que no se le debe exportar gas a Chile,
pero a mí no me importa si esto se da o no. Pero lo que se está exportando a Chile,
son los líquidos que vienen del gas, hoy. Eso lo dije en una conferencia en la
USIL y nadie, salvo la gente de la compañía sabe eso; mientras que todos
los que denuncian la exportación tampoco lo saben.
 
Mi segundo período como Ministro de Economía

En mi segundo período como Ministro de Economía –en el que incluyo mi año
en la PCM-, se hicieron varias cosas que consolidaron el progreso que ya se
había hecho.
Una de ellas, fue eliminar la ley 20530, que fue una batalla tremenda, pero
que permitió bajar el déficit fiscal a cero.
Otra cosa que se hizo, ya desde la PCM (Presidencia del Consejo de Ministros),
fue un esfuerzo por trabajar con las regiones; trabajar con los movimientos
de protesta. Tuvimos problemas en el Norte y en el Sur -Pizango estaba en
la PCM en mi época. Y básicamente, mantuvimos al país bastante tranquilo
durante el año 2005-2006, a pesar de una elección que era complicada.
 
Lo que he aprendido en mis 50 años de vida profesional

Ahora, lo que me dice esto, la lección que me deja, es que el Perú,
en los 50 años de vida profesional que he tenido desde el año '61,
de esos años, se ha pasado 35 ó 40 en efervescencia, o quizá más años
(casi 45 años de tensiones, progresos, retrocesos, autoritarismo,
descentralización, etc.), ha habido un montón de cambios, algunos buenos
y otros malos.

¿Qué me deja todo esto? He estado en el extranjero; he dejado lugares
donde ganaba muchísimo más que aquí, porque quiero a mi país.
Porque quiero que en mi país, el día que me entierren, sea un país moderno.
Ésa es mi visión, que quizá es utópica, pero yo estoy viendo que con el
tiempo las cosas han cambiado. Primero hubo todas las reformas que
se hicieron durante el gobierno de Fujimori, sobre todo durante el período de
Boloña, que fueron, básicamente, el cimiento para lo que está ocurriendo hoy.
Después hubo un período de recapacitación, de reordenamiento del sector
público que fue bajo Toledo y que ha continuado ahora.

Por ejemplo, "Las Bambas" –que va a ser una inversión de cinco mil millones
de dólares- empezó en el gobierno de Toledo; un esfuerzo de René Cornejo,
en Proinversión que fue dificilísimo al principio: A él le tiraban piedras cuando
iba por Cotabambas; por ahí la gente local no quería oír hablar de este proyecto.
Pero ahora ha llegado el momento glorioso en que Xstrata anuncia que se iba
adelante. "Toro Mocho" también ha sido un proyecto parecido, aunque ahí
nunca ha habido oposición de la gente local.
 
¿Qué es para mí el Perú Moderno con el que sueño?

El Perú Moderno implica que no haya más gente pobre, hay que subir el nivel
de los pobres (que es un tercio de la población). En todos los países hay
gente pobre –por ejemplo, en Suecia, será el 1% de la población,
en EEUU es el 12%, en Chile es el 12% también-, pero lleguemos al 10% aquí,
pero no más de eso.
Ahora, ¿dónde están los pobres? Están sobre todo, en la Sierra y en la Amazonía,
sobre todo en la pequeña agricultura.
Ésta es la cosa principal y de ahí salen varias políticas en salud, mortalidad infantil
(que ha bajado mucho, pero debe bajar mucho más), también en salud,
desnutrición infantil que debería ser cero; y todavía desnutrición infantil en
la Sierra es 30%.

En Educación, salen otras políticas también: Mucho más inversión en tecnología,
en colegios tecnológicos, intermedios, centros de aprendizaje, que pueden ser
en agricultura, entre otras cosas. Porque uno de los problemas de las empresas
en el Perú es que les cuesta encontrar personal que esté capacitado en puestos
intermedios con conocimientos tecnológicos.

Yo creo que en Educación hay que hacer grandes cambios, que serían una
evolución, porque no son cosas que se hacen de un día para otro.
Yo creo que en las universidades hay que hacer un cambio:
tenemos casi 100 universidades más sucursales, con 650 mil chicos y chicas
que están estudiando con gran optimismo, pero sin estudiar nada muy útil.
Ahí se van a tener que hacer cambios con más énfasis a la investigación.

Finalmente, dos cosas que me parecen muy importantes en un país moderno:
Una, es la formalización; o sea, un país donde los trabajadores son informales, no
tienen seguro, no tienen futuro Fondo de Jubilación, en veinte años vamos a
tener una crisis en el Perú. Entonces, tenemos que formalizarnos, porque somos
el país de Latinoamérica, de los grandes, con menor formalización laboral.
Yo tengo ideas para ver lo que hay que hacer ahí; y ya se discutió mucho de esto
cuando era Ministro de Economía.

Y la otra cosa muy importante es el tema del agua y saneamiento:
10 millones de peruanos no tienen agua en su casa, tienen un caño de repente,
el agua es intermitente o el desagüe no es tratado.
No vamos a ser un país moderno ni lograr estas metas de salud, si no le ponemos
agua a la gente. Y eso va a ser una batalla como lo fue con la 20530, porque
hay que romper con las políticas que tienen las empresas públicas de saneamiento.
Es un descontrol borrascoso: Pierden el 45% del agua que producen, no logran cobrar,
hay mucha ineficiencia.
En Lima, consumimos más agua por habitante -a pesar de que hay un millón
doscientos mil limeños que no tienen agua- que París o Frankfurt, debido
a las pérdidas del agua: En los tubos, en el uso de agua potable para regar en vez
de agua reciclada; en los medidores trucados (hay funcionarios que se dedican a
trucarte tu medidor para que "consumas menos"), éstas son las causas básicas.
Los Pantanos de Villa, por ejemplo, no existían hace 60 ó 70 años, había algo.
¿Por qué están? Porque los tubos pierden agua y se desliza el agua hacia el mar;
por eso está la Costa Verde también. Tenemos que hacer un cambio radical en
el agua. Y hay que ponerles agua a todos los habitantes urbanos y a una mayoría
de los rurales.

Para acercarnos al Perú Moderno, todos los peruanos tenemos que formalizarnos,
pagar impuestos, no hay que hacer tanta trampa y nada más.
El Perú se va a desarrollar solo, pero el gobierno va a tener que impulsar la
educación, que puede ser privada o pública, dependiendo.
Eso es lo más importante. Y tenemos 20 años buenísimos que se nos vienen con
la China. Aunque por ahí se dice que no hay que exportar metales o que hay que
exportar productos de fábrica; está bien, se está exportando un poco más de
productos de fábrica.
Además, la minería, en el Perú, a pesar de que exportamos concentrados,
es súper industrial: Si uno se va a Ilo o se va a Cajamarquilla, ve unas
fábricas inmensas que entrenan y emplean a mucha gente.
 
Mis planes para un posible gobierno

Yo estaría encantado de que mi proyecto lo haga otro u otra, lo que pasa
es que yo tengo una mezcla de pragmatismo (en el sentido de ser muy práctico)
y experiencia gubernamental que tienen muy pocos otros. Yo he estado en
muchos gobiernos a lo largo de casi 40 años y tengo una experiencia
internacional que de repente no tienen los otros. Pero si alguien está seguro
de que lo puede hacer y está convencido de que va a funcionar y que es cierto,
yo le cedo el paso. A mí lo único que me interesa, no es escuchar la banda
presidencial, ni caminar con grandes gestos. A mí lo que me interesa es
que el país salga adelante. Y obviamente, si yo tuviera 20 años menos,
quizá no sería tan generoso frente a los otros. Pero lo que me interesa,
básicamente, es que esto cambie. Yo creo que sí puedo aportar.

Yo creo que, como presidente de la República, hay que pasarse una parte
del tiempo fuera de Lima; no yendo un día en la mañana y regresarse en
la tarde, sino pasarse un tiempo ahí. Creo que de cada dos fines de semana,
el presidente debería pasarse uno en un sitio para entenderlo bien.
Por ejemplo, te vas el viernes y te puedes venir el domingo en la noche.
Sea a Ayacucho u otra ciudad o poblado del interior del país.
Por ejemplo, ¿quién ha estado en Cora-Cora?,
primero que es muy difícil llegar ahí desde Ayacucho, aunque están
en la misma región.

Por ejemplo, el gas pasa por Ayacucho. Yo estoy tratando, como ciudadano privado,
de que el gas tenga una salida en Ayacucho y que se haga un parque industrial ahí, aprovechando esta Ley Tributaria que ha dado Alan (García), porque en Ayacucho
no hay nada: Hay un poquito de agricultura, la mina, que es importante;
pero podrías poner un parque industrial, dar empleo industrial y cambiar la ciudad.
Y con el gas, que está pasando por ahí pero no llega ahí sería aún mejor
(aunque el consumo residencial no sería suficiente para justificar una salida al gas);
pero si haces un parque industrial, lo puedes hacer zona libre, incluso.
El MEF le tiene terror a las zonas libres, pero si han funcionado en el sur de China,
¿por qué no van a funcionar en Ayacucho?
Yo creo que hay que ir a sitios a donde nadie va; por ejemplo,
¿Quién va a Celendín? Nadie. Yo no creo que ningún presidente haya estado ahí,
salvo Belaúnde. Y si te ve la gente de esos lugares y ve que no estás apurado
–porque es muy importante eso también-, eso los va a tranquilizar.

Yo traté, siendo Ministro de Energía y Minas, de no dejar de visitar los poblados
a los que se visité en campaña; y tenía a alguien encargado de recordarme
todo lo que yo había prometido, y logré cumplir un 60% de ello.
En eso me ayudaron los chinos y los ingleses; porque estaban la Guerra de
Las Malvinas y "nadie quería hablar con los ingleses", me fui a Londres y
logré que el gobierno Británico nos brindara una ayuda bien barata para
poner pequeñas hidroeléctricas; e hicimos lo mismo con los chinos.
Todo eso se instaló y fue un bonito programa. Pero claro, como fue un programa estatal,
con el tiempo fallaron todas las máquinas porque no había mantenimiento,
ése era el problema. Y aunque yo no he estado en todo el Perú -hay muchos sitios
en los que no he estado-, hay muchos sitios en los que sí he estado.

Mi mayor defecto es no sonreír y ser distante.
Creo que hablar despacio no es un defecto;
tener una cara de francés o alemán –mi mamá era francesa y mi papá alemán-
tampoco es un defecto (aquí hemos tenido presidentes de origen japonés,
hemos tenido de todo).
Yo soy un hombre al que le encanta sentarse en su escritorio, "cranear" cosas, escribir;
sí tengo cierta soltura con la gente, hago chistes, pero no soy una persona cálida.
Y hay gente que me dice "¿Qué le pasa a Pedro Pablo?
Ni se dio cuenta de que yo estaba ahí." Ése es un problema que también tiene Bill Clinton,
por ejemplo, te encuentras con él y al cabo de cinco segundos ya eres su amigo.
Ése es mi principal defecto y voy a trabajar sobre ello, pero "no puedes cambiar
el vino en cerveza".

Respecto de los otros candidatos: Yo creo que Toledo sí fue un buen presidente;
aunque todos los focus dicen ciertas cosas que a la gente no le gusta, pero fue
un buen presidente.
Keiko es un salto al vacío, en el sentido de que habiendo sido congresista,
sin haber asistido mucho al Congreso, no sabemos cómo va a ser.
¿Quién la rodea? Sabemos que sí está rodeada de gente capaz.
Y a Castañeda yo lo conozco muy bien, creo que es un tipo ejecutivo.
¿Qué ideas tiene respecto de lo que hay que hacer? De eso no sé tanto.
 

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