martes, 12 de abril de 2011

Arreglo el pasado inmediato a mi conveniencia. Propio de la deshonestidad.

La gesta democrática insurgente de Locumba

 

Escribe: César Zelada | Opinión - 01 nov 2010

Un 29 de octubre, hace diez años atrás, y en medio de una gran convulsión social de masas (de características insurreccionales), generada por la profunda crisis político-moral del Estado fujimontesinista, un regimiento militar de la base de Locumba, Tacna, liderado por el Tnte. Cnel. Ollanta Humala, se rebeló demandando la caída de la dictadura cívico-militar y el retorno a la "democracia".

Sobre esta gesta militar se polemiza mucho hasta la actualidad. La derecha conservadora la acusa de "golpe contra la democracia". Incluso desde la izquierda, no faltaron quienes se hicieron eco de la tesis de "cortina de humo" para que Montesinos escape del país.

Lo cierto es que desde un enfoque histórico la gesta de Ollanta (y su hermano Antauro), no es una novedad. En los 70s tuvimos la revolución de los claveles dirigida por militares de izquierda de alta oficialidad. En Latinoamerica hubo varios casos como el de los militares que se sumaron a las guerrillas en Guatemala.

Aquí en Perú tuvimos dos casos históricos. Por un lado, al oficial de aviación Ricardo Napurí (se negó a bombardear a los militantes apristas en la rebelión de 1948; co-fundó la CGTP, el MIR y Vanguardia Revolucionaria), que se convirtió en trotskista y colaboró con el Che Guevara. Y por otro, al Gral Velasco Alvarado, que periodistas como Raúl Wienner conciben como un gobierno militar que quiso democratizar la sociedad y dio poder a la izquierda (el propio Ollanta, en la campaña electoral del 2006, reivindicó al Gral. Velasco Alvarado y su Plan de nacionalización e industrialización del país).

Pero, ¿porque sucede esto si los militares son parte de la superestructura del Estado neoliberal? Porque cuando el mismo Estado ingresa a un estado de descomposición profunda (10 años de entrega de nuestra soberanía, remate de nuestras empresas, de corrupción con los vladivideos), con una represión feroz contra el pueblo y las masas salen a tomar las calles, producen una situación de efervescencia social que logran presionar a los militares para que rompan con el mismo Estado que los formó bajo las ideas de la defensa de la Patria.

Como declaró Ollanta, "La población reclamaba la salida de la familia Fujimori y la mayor parte de la oficialidad, de comandante para abajo, decía que había que hacer algo para sacar a Fujimori y Montesinos que degeneraban a las Fuerzas Armadas, queriendo convertirlas en el partido político de la familia Fujimori".

Justamente, la gesta democrática insurgente de Locumba (valiéndose del derecho constitucional a la insurgencia), profundizó la crisis política de la dictadura fujimontesinista amenazando con partir en dos a las FF.AA. Por esto, el Imperio del Norte, envió a la OEA para apagar el fuego de la rebelión de las masas y de Ollanta que reclamaban Democracia. Pero fue muy tarde. Todo desbordó. Y la dictadura cayó como un castillo de naipes. Fujimori renunció por fax desde Tokio el 19 de noviembre.

El Congreso de la República neoliberal vacó a Fujimori por incapacidad moral permanente y lo inhabilitó para postular a cualquier cargo en 10 años.

De este modo, la gesta democrática insurgente de Locumba se convierte en un antes y un después en la historia republicana del Perú. Una historia que todavía no termina.



3 comentarios

  • JUANA R. viernes 05 de noviembre del 2010 a las 14:49

    Ollanta debería ser fusilado por traición a la patria.

  • Carlos Ch. miércoles 03 de noviembre del 2010 a las 13:17

    En la madrugada del 29 de octubre del 2000, una llamada desde el celular 9970 8099 al entonces comandante Ollanta Humala Tasso, le ordenó para que su tropa, de aproximadamente 60 soldados, abandonaran el cuartel Arica en Locumba. Éran tres promociones, tres baterías, la batería "Comando", batería "Bravo" y "Charlie". Más » La batería "Alfa" no salió. A las 5:45 de la mañana tomaron por asalto parte de las instalaciones de la mina de Toquepala. A las 10:50am., luego de recibir otra llamada, Humala buscaba afanosamente llamar la atención del periodismo nacional, sobre su acción revolucionaria. Así se inicio el llamado "Levantamiento Locumba". Esa misma mañana, a las 10:52 am., Vladimiro Montesinos fugaba del país, en el velero Karisma, rumbo al norte, para unos días después ser recogido por una nave venezolana. Posteriormente, se sabría que el celular 9970 8099, era de Vladimiro Montesinos, y que éste había sido recogido por Chávez, radicando ocultamente en Venezuela, hasta que, alertados por el destape internacional que preparaban unos periodistas de oposición en Venezuela, Chávez no tuvo mas remedio que entregarlo a Toledo. Tienen que ser muy idiotas, o muy tontos, o muy ignorantes, los que le creen a Ollanta Humala. Un "cachaco mediocre" que se atreve a celebrar su "levantamiento de cortina chicha", para la fuga de su jefe Montesinos. Ollanta es, un traidor a la patria que sigue recibiendo dineros de Chávez, para engañar al pueblo ignorante. Y, zelada, no solo es mediocre, tambien es idiota, tonto,ignorante e ingenuo, para llamar "gesta democrática" a un vil acto de delincuencia.

  • Mario Enrique La Riva Málaga lunes 01 de noviembre del 2010 a las 18:02

    ¿Tuvimos una revolución de los claveles? ¿que parte del Perú la vio para que digamos "tuvimos"?


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