Pedro Pablo KuckzynskiLA COLUMNA DE PPK |
Perú y Sus Tres Tercios
09 de Enero del 2011
LIMA | El Perú tiene tres tercios importantes pero preocupantes:
1. El primero es el tercio de la población que vive debajo de la línea de pobreza, con menos de S/.6 por habitante por día. Son 10 millones de habitantes. ¿Qué significa vivir con S/.6 al día?
Vivir del día a día, sin saber de dónde llega la plata mañana; no saber qué trabajo se tendrá mañana; acostarse con hambre; tener un piso de tierra en la casa, sin techo sólido; no tener ningún seguro médico, morirse con cualquier enfermedad, perder los dientes y, lo más importante, no poder darle a los hijos un futuro promisorio. Muchos de estos pobres son mujeres con hijos, resultado de hombres "picaflor" que no reconocen a sus hijos y, por consiguiente, no los mantienen. Ése es un gran problema en nuestro Perú. Felizmente, la pobreza está bajando: hace 10 años, más de la mitad de los peruanos vivían en estado de pobreza. Debemos redoblar esfuerzos para eliminarla.
2. El siguiente tercio son los mismos 10 millones de peruanos que no tienen agua y desagüe en su casa. No es una coincidencia que sean los mismos 10 millones que son pobres. Toman agua sucia del arroyo, la acequia o el camión cisterna; los chicos se enferman con diarrea; la mortalidad infantil, que se debería evitar, lamentablemente sigue. No hablemos de la incomodidad de la vida diaria sin agua en la casa. Y los desagües, cuando existen, se van sin ser tratados al río o al mar. Pulula la contaminación, fuente de múltiples enfermedades. Tenemos un plan para que la gran mayoría de los peruanos cuenten con agua y alcantarillado a un costo razonable. Pensemos en todo el trabajo industrial y constructor que generará este plan, sin hablar del beneficio para los usuarios.
3. El último tercio representa a los que tienen trabajo remunerado, en planilla, con seguro de salud y jubilación para su vejez. Éste es un tercio pequeño; los otros dos tercios andan a la deriva, en la informalidad. Esta tristísima situación es el resultado de las inevitables políticas de reajuste económico de los años 90, después de la hiperinflación del final de la década anterior de los años 80. Pero ahora el país es distinto: el auge de las exportaciones, el desarrollo de la construcción, la industria y los servicios, la impopular pero muy necesaria disciplina fiscal; todo ello ha cambiado al país.
Tenemos recursos que hace 20 años no existían. Estos recursos se deben utilizar para que la gran mayoría pueda tener trabajo remunerado, en planilla, con seguro. Cuando eso ocurra, ojalá en 5 o 10 años, podremos decir que hemos llegado a la modernidad.
Tres tercios negativos: si los cambiamos a tres tercios positivos, tendremos entonces un país verdaderamente próspero y moderno.
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